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Nuestras Conversaciones, el blog de Gonzalo Prieto

EL DISCURSO DE LA CONCERTACIÓN SEGÚN FRANCISCO VIDAL.

EL DISCURSO DE LA CONCERTACIÓN SEGÚN FRANCISCO VIDAL.

Uno de los mejores voceros de los gobiernos de la concertación fue Francisco Vidal. Pues tiene la capacidad de colocar o sacar discursos en la opinión pública. Esto además no ocurre en cualquier parte, es decir que si los medios no abren la puerta no se cierra el circulo de la instalación de mensajes y debate en el mundo público.

 

Francisco Vidal, ofrece una entrevista al diario el Mostrador a través de su canal web, y allí expone lo que él cree que debe ser el futuro de la oposición a la derecha y raya la cancha según lo que un sector de la concertación entiende cómo deben ser las cosas.

 

Lo que se deja entrever claramente en las palabras de Francisco Vidal y por lo tanto en parte del discurso de la concertación, es que no entienden en absoluto cómo se quiere reorganizar la política en Chile, menos aún dan alternativas. La entrevista de ex ministro Vidal intenta instalar las siguientes ideas:

 

  • Son candidatos aquellos que figuran arriba en las encuestas. Osea que no hay espacio para quienes no aparecen, ni oportunidad para otros a decirle a las y los ciudadanos qué quieren para el país.

  • La política es una cuestión de porcentajes. Al parecer aquí dan lo mismo las ideas, importa quién suma y quién no suma, qué acuerdos se hacen para ganarle en las urnas al otro. Es cierto que la política requiere estrategia electoral, ¿pero de qué vale dicha estrategia si no se interpreta a los ciudadanos?

  • MEO es y será el culpable de la derrota de la centro-izquierda chilena. Si no negocia, habrá derecha para dos o tres periodos dice Vidal, instalando el discurso y sin hacerse cargo en absoluto de los errores cometidos por la Concertación en 20 años.

  • La responsabilidad no es de la Presidenta sino de Velasco. No se avanzó en los temas sociales del país porque resulta que el ministro de hacienda no quiso, es decir que Andrés Velasco se mandaba solo. En cualquier gobierno, la responsabilidad es del Presidente en primer lugar.

  • El pragmatismo por sobre todas las ideas y alternativas. Es cierto, se ganan elecciones con pragmatismo, pero también con ideas, no basta con decir necesitamos un país más justo y ofrecer la misma receta de siempre.

  • No hay más candidatos porque queremos el poder en dos años más.

 

El discurso de Vidal no tiene alternativa alguna, entrega soluciones eludiendo la responsabilidad. Genera un sistema de competencia una vez más decidido desde arriba, sin consulta ciudadana y sin atender realmente a lo que esperan los ciudadanos, nuevos liderazgos. Algunos pensamos que vale la pena construir una alternativa política con bases sólidas antes que gobernar cuatro años, para administrar más de lo mismo. Esperemos a ver que piensan ustedes y que saquen sus propias conclusiones, las debatamos y nos organicemos.

¿ El despertar de las masas ?

¿ El despertar de las masas ?

La historia nos ha mostrado con rigurosa lucidez, que llegan momentos en los cuales existe un quiebre de los paradigmas, que en ese entonces entendemos por tradicionales, instaurándose otros que toman su lugar y se disponen a desplegar su movimiento en todos los sentidos hasta que nuevamente sea desbancada por otra , ello de manera dialéctica ha sido constantemente así.

 

Desde una perspectiva marxista, podemos agregar que dicha situación siempre ha puesto a una clase sobre otra, a unos dominadores sobre unos dominados en función de su lugar en la estructura de producción de las sociedades que estemos observando. Y otros podrán decir que los sistemas se organizan ante los nuevos eventos, ante la nueva información que hace que dicho sistema cambie y vuelva al equilibrio. Sin embargo cuando estamos en la vorágine, en la construcción del proceso de cambio, urge responder a las preguntas más obvias: ¿por qué ha sucedido?, ¿a qué dará lugar?, ¿realmente cambiará algo?.

 

Quienes estamos en el oficio de las ciencias sociales, o simplemente en el trabajo de pensar nuestra sociedad tenemos la responsabilidad de hacernos las preguntas, estas y otras cuantas más, y dar cierta aproximación a la realidad, que es lo que podemos ofrecer.

 

Dicho trabajo intelectual requiere el ejercicio metodológico de crear conceptos, un lenguaje apropiado para dar sentido, reflexionar ante los hechos concretos y las estructuras que se encuentran invisibles pero históricamente presentes, y finalmente generar una síntesis inteligible que pueda ser comprendida. Todo ello para ser refutado o reproducido como parte de lo que creemos verdad.

 

El siglo XX, siglo de un capitalismo en plenitud, fuerte y robusto entra a la primera década del siglo XXI con resistencias. Existe un consenso absoluto sobre el hecho de que a pesar de ser la época de toda nuestra historia donde más hemos avanzando en todos los aspectos. Estamos también evidenciando los costos que ha traído dicho avance. La enorme desigualdad social y la destrucción de la política como ese espacio público que motivo la Revolución Francesa o la Revolución de Estados Unidos. Hoy es probable que estemos evidenciando la semilla de un proceso transformador de la sociedad en que vivimos.

 

Las revoluciones no ocurren de un día para otro, son un proceso de largo plazo en el que interfieren tantos elementos que lleva otros muchos años comprenderlo con claridad.

 

El año 2011 ha sido el año de un despertar de las masas, ¿quizás?. Árabes, Islandeses, Españoles, Chilenos han salido a la calle para demandar un cambio, para promover un cambio, de un estado de las cosas que ya no gusta, que ya no fragua en las nuevas generaciones y en muchos que vieron como sus intentos del pasado, fracasados en su mayoría, hoy en encuentran el correlato adecuado y las acciones legítimas. Los sistemas que permitían la tranquilidad y la cohesión, la revuelta ordenada ya no sirven, la tecnología la servicio de la información y la articulación de las masas que remplazaron la asamblea face to face, hoy es reproducida a la velocidad de un click de ratón.

 

Un ejemplo es lo que ocurre hoy mismo en Chile y España, dos países que han compartido (a destiempos) procesos parecidos y que ven hoy en la calle a miles de ciudadanos contra el poder, contra el modelo, contra las reglas y los paradigmas que hoy ya son tradicionales y necesitan ser remplazados por unos nuevos.

 

Si en Chile el detonante ha sido la crisis política que vive el país por su falta de representatividad, que ha encontrado como vía de escape la cuestión medioambiental. En España la crisis económica ha desatado el hartazgo de un sistema que ha fallado y que protege impunemente al gran capital, ese del Siglo XX.

 

El mundo Árabe indignado con ese mismo modelo, el capitalismo, que llena día a día los bolsillos de una clase política anclada más allá del siglo veinte, es la que despertó primero, reclamando tal vez incluso menos de lo que podrían reclamar otros.

 

Será éste ¿El despertar de las Masas?. No podemos responder a ello aún, pero es evidente que aquí se comienza a sembrar un nuevo siglo, que parece estar incubando nuevas generaciones, ciudadanos y ciudadanas que ya no están dispuestas a vivir como hasta ahora y que pueden ser los que reproduzcan las nuevas ideas y creen el proceso que decante en una nueva revolución.

¿POR QUÉ NO A LAS TERMOELÉCTRICAS?

¿POR QUÉ NO A LAS TERMOELÉCTRICAS?

Argumentos y propuestas para la energía en el Norte Grande de Chile

Por: Gonzalo Prieto Navarrete**

 

La energía es un área estratégica en cualquier país. Lo es tanto como la educación, la salud o el buen manejo económico. Por lo cual se requiere de una política de Estado en materia energética fraguado en un debate serio, técnico, económico, social y político respecto de cuales son las mejores alternativas para actuar en el presente y planificar el futuro.

 

El mundo atraviesa por dos procesos importantes para tener en cuenta el tema energético. En primer lugar tenemos el indiscutible cambio climático, fenómeno que no sólo tiene consecuencias en materia ambiental, sino también humanas y socioeconómicas. Hablamos de aumento de los precios de los alimentos, debido a sequías e inundaciones, migraciones, encarecimiento de productos y servicios tan importantes como el transporte. El segundo elemento de análisis, corresponde al aumento de los precios del petróleo que ha hecho que los países desarrollados, preferentemente la UE opten por modelos alternativos básicamente por su dependencia del crudo y el gas. Cabe pensar que muchas de las buenas intenciones en materia de energías renovables son producto más que de la buena voluntad ecológica, de una maniobra geo-estratégica en el tablero del poder global.

 

Chile enfrenta un escenario complejo en está situación, en primer lugar porque su economía abierta y globalizada le obliga tener que considerar todos los aspectos fuera de nuestras fronteras. El crecimiento económico basado en la exportación de materias primas, preferentemente el cobre, hace que nuestra economía sea casi mono-exportadora, cuestión criticada frecuentemente por varios economistas y políticos. Sin embargo los gobiernos no se han atrevido a enfrentar el desafío del desarrollo con otra mirada que no sea el mercado, y los cambios que se necesitan para dar un giro de 180º se ven obstaculizados por los intereses de las grandes empresas y de una clase política que se encuentra o coludida o es francamente cobarde a la hora de avanzar en el camino correcto.

 

Con un centralismo agudo que tiene al país con niveles de desigualdad vergonzosos para un país que ha entrado al club de los ricos (OCDE), no permite que los territorios decidan por sí mismos las estrategías necesarias para su desarrollo y tampoco cuenten con los medios económicos para llevarlos a cabo en caso de tener dichas ideas.

 

Un sistema que se encuentra ahogando al país, concentrando en la región metropolitana en los próximos años alrededor de 8 millones de ciudadanos, muchos de ellos buscando esas oportunidades negadas en sus ciudades de origen y que por lo que se sabe en materia de economía y urbanismo es de dudosa certeza que encuentren lo que buscan.

 

¿Y qué tiene que ver esto con las termoeléctricas? Mucho. Pues nuestro modelo de desarrollo basado en el crecimiento económico con retoques sociales para mantener la tranquilidad social, se encuentra en franco deterioro, pues no logra mejorar ni los niveles de igualdad social y se encuentra generando además un daño al medio ambiente de presente y futuro.

 

Es sabido que el sistema eléctrico chileno opera con cuatro sub-sistemas, uno de ellos es el sistema interconectado del norte grande, el cual abastece de energía a las regiones XV, I y II. Su generación es eminentemente termoeléctrica con un 99,64% y sólo un 0,36% de centrales hidroeléctricas1. Las termoeléctricas son elegidas, como ya lo sabemos, por su baja inversión de partida, su rápida construcción y su rentabilidad, todos criterios económicos para un objetivo claramente social y de desarrollo.

 

Pero las termoeléctricas generan también grande niveles de contaminación principalmente por la emisión de CO2 y los vertidos de agua caliente sobre el mar, dañando seriamente todo ecosistema local, como así también la flora y fauna marina. Su impacto ecológico es dañino y no supone en absoluto, al menos directamente, beneficios para el desarrollo de los territorios, sus habitantes y biodiversidad.

 

Por otra parte, siguiendo los mismos datos de la Comisión Nacional de Energía, existen dos tipos de clientes en el mercado eléctrico: los clientes libres o no regulados y los clientes regulados (que son los ciudadanos). La demanda energética de los clientes libres supone el 61% 2 por lo tanto las necesidades energéticas son principalmente de las empresas, las grandes empresas que necesitan de energía barata para poder competir en los mercados nacionales e internacionales. De ello dependen miles de puestos de trabajo, supuestamente. Éste puede ser el mayor argumento de quienes optan por energías baratas y sucias como las termoeléctricas, lo que nos debe llamar a pensar que el uso de la energía a carbón (o de diesel y gas combinado) es síntoma y no la causa de la enfermedad. Las causas se encuentran en nuestro modelo de crecimiento y desarrollo que nos obliga a optar siempre con el criterio de costo-beneficio económico, sin pensar en los daños en el futuro.

 

Pero si pensamos como ellos, deberíamos pensar también que existen otros criterios, más allá de los ambientales para pensar que la dependencia de una matriz termoeléctrica en el sector productivo del norte grande de Chile (el mayor productor de cobre del país y el mundo) es perjudicial a mediano y largo plazo. Esto se encuentra en las materias primas que deben utilizarse para la producción de energía termoeléctrica. Según el Centro de Despacho Económico de Carga del SING el Gas representa el 53% de la capacidad instalada del sistema. Como bien sabemos el Gas debe ser importando, con altos costos para el país producto de las relaciones internacionales que tiene nuestro país con productores como Argentina o Bolivia. Lo que convierte a Chile, a pesar de utilizar una herramienta más barata como la Termoeléctrica, en dependiente de la compra y los precios del gas. Finalmente la demanda máxima bruta es (entre los años 2001 – 2010) menor a la generación máxima bruta3, lo que nos hace pensar qué no existe ninguna urgencia por dotar al Norte Grande de Chile de más centrales termoeléctricas y es perfectamente posible optar por diversificar la matriz con una estrategia de mediano y largo plazo que vaya remplazando la actual matriz por energías limpias.

 

Alternativas para el Norte Grande de Chile.

 

El gobierno de Chile ha realizado diversos estudios de modelación para determinar las opciones de energías renovables no convencionales en el país. Ellas incluyen energía solar, eólica, geotérmica y maremotriz. En caso de la primera y segunda, el Norte Grande de Chile tiene condiciones de excelente calidad para brindar una opción de recambio en el sistema actual. Los estudios sin embargo, advierten de que no existen aún las suficientes ventajas económicas para que dichas inversiones sean rentables. Es necesario avanzar por lo tanto en las causas y no sólo luchar contra las consecuencias, puesto que nuestra lucha será fútil de no ser capaces de ofrecer alternativas viables para el norte del país y el país en general. Se requiere de estudios (por lo tanto dinero) para conocer y fundar las propuestas, políticas de atracción de inversiones en materia de ERNC y por sobre todo conocer la viabilidad técnica que impliría instalar granjas fotovoltaicas y campos eólicos.

 

El país puede contar, al igual como lo hizo con la CORFO, con una Corporación de Fomento de las Energías Limpias que colabore en estudiar, buscar y por qué no, financiar proyectos de generación de energía limpia.

Actualmente CORFO ofrece varias subvenciones para proyectos de pre-inversión, pero estas no son suficientes con un sistema de precios que favorece las energías sucias, al menos en el norte. Por lo cual es necesario realizar profundos cambios a nivel legislativo, para continuar avanzando.

 

No quiero dejar de mencionar la ley 20.257 que permite que a partir del 2010 que el 10% de la energía retirada debe ser generada por ERNC. Dicha ley es una avance sustantivo pero insuficiente como ya lo ha recalcado Chile Sustentable.

 

Decir NO A LAS TERMOELÉCTRICAS es decir no a un modelo de desarrollo basado en las ganancias de un pocos para la desigualdad social, económica y política de unos muchos. Tenemos territorios que deben cargar con las externalidades ambientales que significan tener generación de energía contaminante y que además no dejan más allá del empleo ningún rédito de desarrollo para las ciudades que afecta.

 

La energía producida por las Termoeléctricas no es sustentable, tanto desde el punto de vista ambiental como del económico debido a la necesidad de tener que importar tanto el carbón como el gas y elevar los costes de mediano plazo. No podemos predecir el futuro de los precios, pues estos son variables dependiendo de los contextos internacionales. Por lo cual el sólo hecho de que sean más baratas hoy no implica que en el futuro se conviertan en energías sucias y caras.

 

Es perfectamente posible abrir un debate sobre energías limpias que colabore a diversificar nuestra matriz energética, haciendo un esfuerzo económico por el bien del país. Con energías limpias que no requieren más que el sol o el viento, que generan una nueva economía y que es coherente con una idea de desarrollo sustentable.

 

Se hace urgente estudiar y debatir sobre una Estrategia Energética Nacional donde participen todos los actores y definamos juntos, no sólo las empresas, el futuro de Chile.

 

 

 

**Sociólogo. Master en Medio Ambiente

Universidad Complutense de Madrid

1Datos de CNE http://www.cne.cl

2Datos del CNE para el año 2007 http://www.cne.cl

NOTAS SOBRE LA TEORÍA DE LA JUSTICIA DE JOHN RAWLS. Siguiendo la reflexión realizada por Philip Pettit y Chandran Kukathas.

NOTAS SOBRE LA TEORÍA DE LA JUSTICIA DE JOHN RAWLS.  Siguiendo la reflexión realizada por Philip Pettit y Chandran Kukathas.

Presentación:

 

Hemos desarrollado el pensamiento de John Rawls en su obra la Teoría de la Justicia, siguiendo básicamente la mirada atenta e inteligible de Chandran Kukathas y Philip Pettit. A continuación desarrollaremos la propuesta teórica y las críticas fundamentales a su obra.

 

La Teoría de la Justicia, plantea lo siguiente:

 

Desarrollar una teoría ética, en particular la ética de una teoría de la política – en suma una teoría de la justicia – es identificar principios tales que la aplicación de estos, conduzcan a juicios intuitivos sensatos en casos concretos”. (Pettit y Kukathas: 2004)

 

La descripción que podemos hacer en términos generales de la Teoría de la Justicia de Rawls es definida como una propuesta de dos principios máximos de justicia que permitirán a los hombres (contratantes) en una posición original y bajo un velo de la ignorancia, elegir el mejor arreglo político, es decir una estructura básica social que se encuentre bajo esos dos principios. Estos principios son asegurar las libertades individuales fundamentales y en segundo lugar, que las desigualdades sociales y económicas se articulan de modo que aparezca el mayor beneficio a los menos favorecidos de la sociedad, manteniendo igualdad equitativa de oportunidades.

 

Una vez acordados los principios fundamentales – de lo cual iré explicando a lo largo de la exposición – estos podrán ser utilizados como elementos de juicio en casos concretos, refiriéndonos así a las instituciones sociales, económicas y judiciales que deberían establecerse en una estructura básica de la sociedad que se rija por los principios de justicia.

 

Esta es una visión – la de Rawls – contractualista, al considerar que las personas en posición original acuerdan unos principios determinados. La teoría de la justicia es una propuesta de cooperación social, de redistribución donde se la garantiza a todos un bienestar social independiente de la posición que ocupen en la estructura básica. El desarrollo de su teoría es procedimental, esto quiere decir que va explicando cada momento de su teoría articulando que cosas deben darse primero para que puedan adoptarse las siguientes. Es idea de proceso es la que seguiré para continuar explicando en detalle la propuesta de John Rawls.

 

 

  • El marco de la teoría política y la posición y método de Rawls.

 

El estudio de la ciencia política tiene dos grandes vertientes desde lo epistemológico, esto es lo viable y lo deseable. Lo viable esta referido a como propuestas de la teoría política se pueden llevar a la práctica o bien el análisis de las cuestiones que ocurren empíricamente en los sistemas políticos. Respecto de lo deseable estas son propuestas y reflexiones sobre lo que debería ser la sociedad y el sistema político que nos gobierna, este suele muchas veces ser menospreciado en la actualidad. Según Pettit y Kukathas una de las grandes aportaciones de Rawls es hacer confluir ambas cuestiones en teoría política y por lo cual su propuesta ha merecido y merece tanta atención.

 

La posición de Rawls es fundir ambas cosas a través de un modelo basado en la lingüística y la lógica.

 

  1. La lógica como la búsqueda de principios que permitan a través de la inducción o deducción a consideraciones válidas. Dígase válidas de forma reflexiva.

  2. Lingüística al establecer principios que concuerden con nuestras intuiciones de gramaticalidad como algo diferente de la validez. (Noam Chomsky)

 

La idea es que intuitivamente cuestiones como la esclavitud, el suministro de bienestar social quede enmarcado en esta teoría de la justicia, pues todos o la mayoría tiende intuitivamente a hacerlo.

 

Por tanto John Rawls lo que hará es explicar y sistematizar esa idea intuitiva de justicia en la sociedad.

 

Kukathas y Pettit manifiestan que una de las críticas con este método, surge en la reconstrucción de prejuicios políticos. A lo que Rawls responde señalando dos cuestiones: lo primero es que los juicios son consideraciones de justicia que llegan de la reflexión y libre de las influencia de intereses especiales. Lo segundo es el equilibrio reflexivo, ello quiere decir que si existen juicios que podrían generarse desde otra perspectiva, de otros principios, entonces deberemos realizar un equilibrio que permita valorar revisando más bien los juicios que los principios.

 

Rawls manifiesta un retorno desde intereses analíticos del siglo XX ha la argumentación que se encuentra en la gran tradición de la filosofía ética y política. Vuelve también a los fundamentos de lo deseable, argumentando la capacidad de viabilidad de sus propuestas.

 

A Rawls se lo categoriza de acuerdo a su propuesta como una perspectiva individualista, digamos que esto puede ser plausible si pensamos que el objeto que pone en acción todo el proceso de elección de arreglos políticos son individuos y no la estructura o los grupos. Hay dos tipos de individualismo, el metafísico y el moral.

 

  1. Metafísico: Agentes que no dependen de sus relaciones con otros y que son motor de la vida social.

  2. Moral: Sólo los agentes individuales importan en el diseño de las instituciones socio-políticas.

 

Con esta descripción situamos a Rawls y su teoría en el individualismo moral, puesto que como ya he dicho, todo su proceso se explica a través de la acción de los individuos.

 

La tesis de Rawls es que debemos (los individuos) elegir el mejor arreglo político, para garantizar una estructura básica de justicia equitativa, pero para ello debemos entender que quien elije lo hace - según el autor - desde una posición original que le permite establecer sin auto-interés, sin conocer su posición en esa estructura básica, sin conocer los intereses de otros, los principios adecuados para establecer el mejor arreglo político.

 

  • ¿Qué es la posición original?, y ¿cómo se explica el velo de ignorancia?

 

 

La posición original es una condición que se debe cumplir para poder elegir el mejor arreglo político, para el contratante (la perspectiva contractualista de la que hablaré más adelante) poder elegir en la PO debe estar bajo el velo de la ignorancia que no es otra cosa que carecer de auto-interés y desconocer por completo cual sería su posición en la estructura social a definir en los principios de justicia. Concretamente el contratante no sabe si cuenta con propiedades, estatus social, privilegio alguno. Una vez en la PO y el velo de la ignorancia podrá elegir.

 

La posición original implica que el o las contratantes (pues Rawls no abre una discusión sobre el número) desconozcan su estatus y bienes materiales. Sin embargo estos deben saber sobre las cuestiones generales de la psicología humana, entender de los asuntos políticos, principios de teoría económica, en definitiva la base de la organización social.

 

Todo ello le proporciona a los contratantes en la PO, una intuición del sentido de la justicia con el cual cuenta.

 

Hay una teoría contractualista en Rawls, según Pettit y Kukathas. Al nombrar contratantes que elijan el mejor arreglo político.

 

El mejor arreglo político debe ser el mas justo estableciendo un equilibrio ordenado entre los intereses, nuestras pretensiones y los intereses rivales. (Página 33)

 

 

Para entender este proceso por el cual se llega a elegir los mejores principios de justicia equitativa, seguiremos la orientación de Pettit y Kukathas respondiendo las siguientes preguntas:

 

  1. ¿Quién se elije?

 

Individuos que actúan con estrechas simpatías por sus familiares, hacia sus descendientes. Pueden verse como representantes de líneas continuas de la familia.

 

 

  1. ¿Qué se elije?

 

Una estructura de la sociedad básica. Que se elije mediante principios y no cuestiones concretas y que además son reconocidos por todos. Por lo cual deben ser principios generales. Universales en su aplicación.

 

  1. ¿Con qué conocimiento?

 

Con el velo de la ignorancia.

 

  1. ¿Con qué motivación?

 

Aquí atendemos tres rasgos fundamentales. Los fines que se persiguen en la PO no son los propios sino, los que se tienen que tener independientemente de quienes sean. Deseos generales y bienes primarios.

Esos derechos primarios serán renta, riqueza, derechos y libertades, auto respeto.

Los medios para alcanzar esos fines son la racionalidad, tal como se describe en la teoría de la decisión. Lo último que se considera para explicar con que motivación se elige en la PO es la ausencia de envidia.

 

  • La perspectiva contractualista de Rawls

 

En la discusión sobre la perspectiva contractualista de John Rawls, Pettit y Kukathas nos señalan que el autor no ve la cuestión de contractualidad para definir que es lo que allí se contrata. Sino que en términos heurísticos lo que se elije debe convencer al resto de que es justo, entonces puede que se llegue a definiciones en esos términos.

 

Rawls considera a la justicia: “como el rasgo de una arreglo que asegura que este arreglo representa equilibrio apropiado entre pretensiones rivales” (Página 41)

 

La justicia concebida como equidad. Por lo tanto, la elección en la PO no es elegida sólo porque sea realmente el mejor arreglo, sino porque es el justo y por tanto equitativo.

 

Desde la perspectiva contractualista podemos encontrar diferencias inducidas por Rawls y Nozick. Respecto de aquello podemos decir lo siguiente:

 

Para Nozick las partes no tienen, ni necesitan tener idea de para donde están llevando el contrato desde el punto de vista colectivo.

 

En un contrato como tal las partes si están interesadas en la elección de diferentes arreglos. Por cuanto si coinciden en algún arreglo lo hacen (dicen Pettit y Kukathas) intencionalmente y no como resultado imprevisto.

 

Papel del Contrato.

 

 

 

Naturaleza del contrato.

 

 

 

 

 

 

Contrato como legitimador: Aquel donde explícitamente los ciudadanos ha contratado unos con otros dar ese poder sobre ellos a aquellos que ocupan posiciones políticas. Sirve para legitimar la existencia del Estado.

 

Evaluativo: El contrato se ve como un test de deseabilidad y viabilidad del arreglo. Hablamos de la evaluación de los contratantes del cual sería el mejor arreglo político.

 

Definitorio: Hay una propiedad de justicia como tal en el arreglo político.

 

Heurístico: Este no es una condición definitoria, sino que es una propiedad presente que deberá ser considerada por el agente contratante. ¿Cuál es la propiedad? Esta es el equilibrio entre cuestiones rivales y el arreglo como equitativo (merito).

 

Nozick, no intencional.

 

Rawls, intencional colectivo.

 

Político: Habermas nos habla de un lenguaje común para tomar la decisión colectiva en base al bien común.

 

Económico: Rawls, intereses particulares que obedecen a intereses comunes de las familias que representan.

 

Interactivo: Negociación unos con otros.

 

No Interactivos: Decisión individual.

 

  • Sobre la Teoría de la Justicia

 

Rawls plantea dos principios de justicia, que deberán elegirse de acuerdo los supuestos explicados anteriormente. Estos son:

 

  1. Asegurar las libertades individuales fundamentales.

  2. Que las desigualdades sociales y económicas se articulan de modo que ofrezcan a los menos favorecidos mayores beneficios de la sociedad, manteniendo igualdad equitativa de oportunidad.

 

Debemos detenernos en la equidad vista no como igualación social, sino como obtención de lo que a cada uno le corresponde de acuerdo a sus meritos, pero sin perder un mínimo de los beneficios sociales. Sin duda esta cuestión puede ser criticable, por su aplicabilidad en la realidad, es decir no todos obtienen equitativamente pues no todos provienen del mismo estatus para así poder evaluar debidamente los meritos. Sin embargo así lo plantea el autor al definir su concepto de igualdad equitativa.

Una vez desarrollado los dos principios, debemos saber que existen otros principios posibles que los contratantes en la PO podrían elegir, por ello el autor organiza una lista con la cual procederá a discriminar dando favor a sus dos principios de justicia.

 

Debemos decir que la confección de una lista más que intentar exponer otros principios de justicia que podrían encajar en una estructura básica de la sociedad, la lista es para justificar la elección de los dos principios de John Rawls.

 

Cómo entonces los contratantes en la posición original elegirán, los dos principios dados por el autor entre los demás principios. Para ello Rawls nos propone una estrategia del Maximus. Este nos dice que ordenaremos las alternativas por sus peores resultados posibles. (Pettit, Kukathas; 49:2004)

 

Así, al tener las peores alternativas en un primer lugar los contratantes en la PO sabrán que en el caso del peor arreglo posible, su posición en la estructura de la probable sociedad, contará con un mínimo de bienestar de acuerdo a los dos principios defendidos por Rawls.

 

También en el libro de Pettit y Kukathas encontramos otras estrategias alternativas al Maximus, estas son las del minimus y las de probabilidad. Describiré brevemente ambas estrategias y del porque el autor las descarta a favor de la suya.

 

En primer lugar tenemos la estrategia del minimus que al contrario de la propuesta por Rawls, ella consiste en situar a la cabeza de la lista, el mejor arreglo posible colocando hacia abajo el resto de alternativas. El problema que señala el autor para descartar la estrategia es que de esta forma, colocando el mejor arreglo posible por encima, al contratante le podría tocar una posición de dictador (en otras de privilegio) y por lo cual a sabiendas de esa posición no cumpliría los principios de justicia equitativa.

 

La otra alternativa posible es la de maximización, un cálculo de probabilidad según los mejores productos posibles obtenidos de un arreglo político. Por lo tanto, la estrategia elegida se obtendría eligiendo la que este mejor posicionada de acuerdo a la probabilidad de maximización de sus productos. Aquí Rawls crítica la estrategia diciendo que no es posible saber cual de todas será el mejor arreglo, y que además no asegura que se cumplan los principios que el propone. (Ver Pettit y Kukathas, 2004)

 

 

Sobre los principios de justicia.

 

Debemos clarificar como se desarrollan los principios de justicia. Ello nos permitirá poder comprender de mejor forma la idea del autor y ponerle en relación con otros, tanto en sus seguidores como sus críticos. Sorprendentemente John Rawls ha influido en el pensamiento político contemporáneo más de lo que uno pudiera saber a simple vista. En la lectura dedicada a la Teoría de la Justicia y al Liberalismo Político revela lo que estamos planteando.

 

El prime principio de justicia nos dice, que cada persona ha de tener un derecho igual al más amplio sistema total de libertades básicas, compatibles con un sistema semejante de libertad para todos. Ello quiere decir que como condición fundamental las personas en sociedad deben contar con la garantía plena de sus libertades individuales, estas en un sentido liberal igualitario, donde a las clásicas ideas de derecho a la vida y la propiedad, se encuentra el derecho a la salud, educación, vivienda y otro tipo de mínimos. Debemos aclarar que si bien existe inclusión de estas “nuevas” libertades en la visión liberal que representa entre otros John Rawls, las maneras de obtenerlas no están aclaradas y dejan la puerta abierta para interpretaciones como que el mercado se encargue de ellas. Aunque lo que importe aquí en términos de lo propuesto por el autor, es que en este primer principio dar garantías a las libertades individuales es fundamental, todo lo propuesto a posteriori será en base a ello.

 

El segundo principio referido a garantizar la no existencia de desigualdades, al menos de las desigualdades mínimas. Este contiene el llamado principios de diferencia, que se refiere a dar el mayor beneficio a los menos favorecidos, junto con ello la precaución de generar ahorros justos con lo cuales garantizar el principio a las generaciones venideras.

Si pensamos en la actualidad este principio, vinculado con el primero, podríamos entender la articulación de la propuesta liberal progresista actual, encarnada en los Laboristas Ingleses o el Partido Demócrata Norteamericano.

 

En el segundo principio, todas las posiciones están adscritas a las condiciones de igualdad equitativa y de oportunidad.

 

Otras concepciones utilitaristas, egoístas o perfeccionistas, serían rechazadas y quedaría la concepción de la justicia como equidad.

 

La concepción de la justicia como equidad indica que las partes en la posición original, luego de aceptar el principio adherirán sin peder parte de su libertad pues el principio garantiza una base de libertad para todos.

 

Al contrario de otros principios utilitarios que no gozan de esta cualidad. Pues los utilitaristas, podrían aceptar cuestiones que son psicológicamente inaceptables, léase esclavitud, abusos, discriminación, etc.

 

Un sistema de justicia como equidad dice Pettit y Kukathas se garantizan por sí solo, pues este garantiza las libertades de todos. El principio de diferencia asegura que cada uno se beneficie de la cooperación social. Es decir que un sistema de cooperación que garantiza libertades, es equitativo y favorece a los menos favorecidos manteniendo igualdad de oportunidades será un sistema exitoso, que todos son propensos psicológicamente a cuidar lo bueno. En un sitio donde todos están bien se tenderá a cuidar y mantener. Todo ello viene a ser la justificación de la elección de los dos principios de justicia.

 

La tercera concepción de justicia de Rawls es aquella que expresa el auto-respeto. Esta concepción de justicia aumenta la cooperación. Cuestión que no realiza el utilitarismo puesto que no garantiza el auto-respeto. Aquí el autor no explica claramente su idea, en tanto contraria a los principios utilitaristas, en su empeño por diferenciar y enfatizar los principios de justicia que él propone, deja vacíos en la justificación con respecto otros arreglos políticos.

 

Decir que el principio del auto-respeto en Rawls se plantea como un supuesto moral que permite la aceptación y adhesión de los principios de justicia. Un supuesto que parte diciendo que nos respetamos a nosotros mismo, nos respetamos a unos y a otros por cuanto la cooperación necesaria por sobre todo para llevar a cabo el segundo principio tiene de manera subyacente el auto-respeto como base de la garantía de la igualdad equitativa.

 

  • Estadios de Justicia, Instituciones Justas y Orden Económico

 

Luego de explicar en términos abstractos los dos principios que deberían elegir en la PO los contratantes de arreglos políticos o estructuras básicas de la sociedad. Rawls nos remite a aspectos más concretos de su teoría, en particular al tipo de instituciones que serán necesarias para llevar a la práctica sus principios en una sociedad. A estas instituciones se nombrarán en el libro de Pettit y Kukathas (2004) como Instituciones Justas.

 

También dentro de esta concreción cabra explicar cual es la propuesta de Rawls en lo tocante al orden económico, donde el también desarrollará cuatro ramas por la cuales cumplir su primer y segundo principio. La definición económica será la que producirá las mayores reacciones críticas, pues introduce elementos de intervención que no estarán en la línea de la tradición económica liberal clásica, pero también sus bases contextualmente (Pettit y Kukathas: 2004) desarrolladas en una economía de mercado capitalistas serán blanco de pensadores socialistas.

 

La conexión entre los principios de justicia y las instituciones justas pasarán por cuatro estadios. Que a su vez tiene un orden jerárquico, respetando así, la estructura procedimental de la Teoría de la Justicia.

Los cuatro estadios son los siguientes:

 

Primer Estadio: Elección de principios en la posición original y con velo de la ignorancia. Este primer principio es la base de todas las instituciones justas y el orden económico.

 

Segundo Estadio: Reunión de personas para la convención constitucional en la que han de decidir sobre la justicia de las formas políticas y elegir una constitución. A partir de aquí la concreción es absoluta, pues la sociedad deberá constituir el “cómo nos gobernamos” dando forma jurídica a través de una constitución que sea correlato de los principios de justicia. Será la constitución el marco donde se desarrollará toda la cuestión política, económica y social, donde el auto-respeto garantiza su adhesión y cooperación.

 

Tercer Estadio: Legislar hacer leyes que afectan la estructura económica y social de la sociedad. La constitución necesita de reglas explícitas que ordene y regule la estructura básica de la sociedad, esto para Rawls es el medio de hacer aquello.

 

Cuarto Estadio: La aplicación de reglas por los jueces y funcionarios. La estructura básica deberá garantizar el cumplimiento de las leyes definidas en el tercer estadio, la aplicación correcta por parte de un entramado legal observe, dirima y sancione es vital para el cumplimiento.

 

Tanto el Estado como la economía deben tener formas que le permitan desarrollar los principios de justicia, para ello es necesario una constitución justa que garantice el principio de libertad, con un Estado que es visto como la asociación de de ciudadanos iguales. En él, no hay principios filosóficos o morales, sino principios que se auto-instalan por los propios ciudadanos.

 

El rol del Estado se basa en varias cuestiones:

 

  • El Estado no puede establecer el principio de mayoría religiosa.

  • Sólo puede limitar la libertad cuando se trata de cuestiones de seguridad y orden público.

  • La libertad sólo podrá ser restringida por la libertad.

 

La constitución para Rawls es un procedimiento justo que garantiza la libertad, el rol del estado son los medios que permiten el cumplimiento de ese objetivo.

 

El principio de igual libertad esta referido a una democracia constitucional, donde los ciudadanos tienen derecho a participar, pero no dice como.

 

Para asegurar la libertad esta debe tener frenos y contrapesos sobre los poderes legislativos, esta idea es recogida de la tradición liberal de Locke y Montesquieu cuando se refiere a la necesaria división de poderes.

 

Los dispositivos constitucionales necesarios son:

 

  1. Cuerpo legislativo bicameral. Este es un modelo clásico de contrapeso parlamentario, aunque hoy muchas democracias no lo hacen efectivo, y quienes lo hacen tienen algunas críticas importantes al él, básicamente en el plano de la gestión del sistema parlamentario y su excesiva burocracia. Estados Unidos sigue utilizando sin atisbo de cambio un sistema bicameral que claramente es un freno y contrapeso de poder.

  2. Separación de poderes. La tradición de Locke y Montesquieu hacen de este necesario contrapeso y freno político, un aspecto básico que nadie cuestiona en las democracias modernas. Sin embargo a los sistemas parlamentarios europeos, desde la mirada e Rawls estos podrían ser sujetos de más de una crítica.

  3. Control judicial de la legislación. Este un aspecto difícil de llevar a cabo cuando pensamos en las democracias de hoy. Si bien Rawls hace un planteamiento necesario, que en el aire como bajarlo verdaderamente a una propuesta que garantice tanto el contrapeso como el freno.

 

Los frenos y contrapesos propuestos en la Teoría de la Justicia en términos políticos, los podemos reconocer en la gran mayoría de las democracias modernas, como pilares fundamentales. Sin embargo todo ellos quedan esperando la mirada crítica que debe probar la consecuencia entre la aplicación y el espíritu.

 

Una constitución política que entrega poder para cumplir las leyes y limita el gobierno necesita de un orden económico para garantizar el segundo principio de John Rawls y su principio de diferencia. Para ello la propuesta en el orden económico esta fundamentada en cuatro ramas que exponemos a continuación.

 

Rawls no define su posición económica, entre socialistas y capitalistas, aunque Pettit y Kukathas explicarán que existe una cuestión de contexto histórico por la cual el autor fundamente su propuesta de orden económico atendiendo a elementos del capitalismo y reglas de mercado, pero con claras y contundentes elementos de intervención del estado para asegurar el principio de igualdad equitativa.

 

Las cuatro ramas propuestas en la justicia económica son:

 

  1. Asignación, este se encarga de promover la competitividad de los precios y la regulación de monopolios. Este eje es vital para el mercado, de un corte claramente liberal, pero un liberalismo moderado, puesto que en una propuesta de mercado que se precie de sí misma, no hay regulación alguna, pues este se regula solo.

  2. Estabilización, como objetivo busca la mantención del empleo. Este promotor del empleo en la estructura económica y social se traduciría en la figura de un banco central que busca determinar los tipos de interés, salvaguardar la inflación. Junto con ello estará el rol del estado para garantizar las rentas mínimas.

  3. Transferencia, Provisión e un mínimo social. Si pensamos en como traducir esta rama, deberíamos pensar entonces en políticas de bienestar y protección social como educación, vivienda, salud, seguridad, entre otras.

  4. Distribución, este se refiere a un sistema impositivo. Este seria la base para llevar a cabo el principio de diferencia, puesto que con ello se hace visible beneficiar a los menos desfavorecidos. También permite los ahorros justos que dan estabilidad y continuidad de una sociedad justa a las futuras generaciones.

 

A la pregunta de ¿por qué debeos obedecer unas leyes justas? Rawls responde que las personas en la PO no acuerdan adoptar un tipo de leyes, sino que se adaptan, contratan en un marco jurídico, aún cuando saben que este puede tener leyes imperfectas y se comprometen a trabajar en ello, pero la implantación será en cualquier caso aceptar un marco jurídico constitucional.

 

  • Bondad y estabilidad de la Teoría de la Justicia.

 

Luego de haber expuesto la teoría de la justicia, de haber desarrollado como se llegan a sus principios desde una posición original, con un velo de la ignorancia; de concretar como la teoría se pone de manifiesto en instituciones políticas, económicas y jurídicas, el autor busca legitimar la teoría apelando a no sólo esta sea inteligible por sus argumentos, sino que es viable (volvemos a la capacidad del autor para enlazar ambas perspectivas epistemológicas) por su bondad y estabilidad.

 

Que una estructura básica de la sociedad prefiere vivir garantizando los dos principios de justicia, significa contar con unos mínimos de bienestar social en base a la cooperación, para sí desplegar las libertades individuales.

 

Todos defendemos y mantenemos lo que es bueno nos dice Rawls. Lo que es bueno para nosotros es defendible, es mantenido por la sociedad, pues nadie elegiría una estructura que pong en peligro su mínimo social.

 

  • La crítica Libertaria y la crítica Comunitarista.

 

De la crítica libertaria en la que seguimos el libro de Pettit y Kukathas, ambos autores nos remiten a una aclaración necesaria para entender la critica desde el lado liberal libertario.

 

Brevemente sabemos, que la tradición liberal clásica defiende básicamente dos cuestiones. La protección de la libertad personal y la propiedad privada. Luego tendremos una “evolución” de ella, la cual agrega cuestiones importantes.

 

A esta propuesta se le llamará la visión liberal moderna o igualitaria, ya que esta agrega junto a los dos elementos clásicos la educación, la enfermedad, la pobreza, entre otras. Aunque no se tiene tan claro de que estas nuevas cuestiones tengan el mismo peso que las primeras.

 

En una segunda aclaración los liberales clásicos se dividen en dos vertientes, estos llamados los libertarios donde se encuentran los libertarios pragmáticos y los libertarios de principios.

 

Los pragmáticos plantean la defensa del Estado mínimo. Menos Estado, mejor información donde el mercado asigna los beneficios deseados.

 

Los libertarios de principios las libertades clásicas son derechos naturales y estos deben defenderse. Critican a Rawls por intentar redistribuir los derechos de propiedad.

 

La critica liberal libertaria se basa fundamentalmente en la intervención que hace Rawls al proponer regulaciones en la economía y el sistema social, cuando desde su perspectiva el mercado asigna beneficios por si mismo.

 

Por otro lado tenemos la crítica comunitaria. Ella plantea insuficiencia mayor de la teoría de la justicia de Rawls.

 

Si el liberalismo busca principios morales para justificar principios de justicia social y evaluar las instituciones políticas, económicas y sociales.

 

El problema según la crítica comunitaria es que tales principios morales sólo pueden darse en sociedades reales y por tanto poco sentido tiene el esfuerzo anterior.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bibliografía

 

 

Teoría de la Justicia, John Rawls. México, Fondo de Cultura Económica, 2006. Traducción María Dolores González.

 

La Teoría de la Justicia de John Rawls y sus críticos. Philip Pettit y Chandran Kukathas. Madrid Tecnos, 2004. Traducción y epílogo de Miguel Ángel Rodilla.

 

 

 

 

 

Para Gobernar Tarapacá

Para Gobernar Tarapacá

Para gobernar Tarapacá debemos llegar a la convicción de que la región necesita un cambio profundo en cómo entiende el gobierno local. Esto último constituye el corazón de la actividad pública, puesto que el municipio es la institución más cercana a los ciudadanos frente a sus demandas y problemas.

 

Por más de cuarenta años la región en su principal ciudad capital, Iquique, ha tenido el desarrollo de un fenómeno que por lo menos es insólito. El caudillismo e intercambio del poder municipal en dos personas. Dicha cuestión si bien requiere un análisis profundo de los ¿por qué? Es necesario instalar una discusión respecto a cómo se construye una alternativa política municipal para una ciudad y una región que necesita que los énfasis del gobierno local cambien sustancialmente.

 

La región de Tarapacá y la ciudad de Iquique, como así también sus otras comunas, presentan claros procesos de desigualdad, que responden por una parte a la situación general del país y por otra a la gestión local que se ha realizado en la región.

 

Cabe preguntarnos ¿qué tan importante es el crecimiento?, cuando dicho crecimiento no se manifiesta en la calidad de la educación municipal, la prestación de los servicios de salud, una ciudad carente de política en materia de transporte, energía, medio ambiente, trabajo, planeamiento urbano, entre otras. Frente a las críticas los Alcaldes se defienden con un argumento, que por una parte es sólido, pero en mi opinión insuficiente. Dicho argumento señala el exagerado centralismo del sistema chileno, las escasas competencias que tienen los municipios, eso es cierto, pero también es cierto que en la región de Tarapacá y en especial en la ciudad de Iquique se ha administrado para los que tienen menos y se ha gobernado para los que tienen más.

 

Iquique ha crecido, sí, pero para quién. Mientras continúan levantándose edificios modernos en la costa, la ciudad sigue con escuelas municipales que tristemente marcan en mediciones como el SIMCE o la PSU. Hacemos festivales para incentivar el Turismo, pero dejamos en el abandono los barrios que necesitan de un gobierno local potente y que les brinde la seguridad que hoy no tienen.

 

Las contradicciones de un modelo central son patentes. Tenemos consejeros regionales sin ninguna legitimidad ciudadana, decidiendo miles de millones de pesos. Mientras los gobiernos locales gritan en la prensa por tendido eléctrico.

 

Se trata entonces de que antes de pensar en ¿quienes?, debemos tener un debate profundo sobre el cuales son los proyectos que tenemos para una región que ya no resiste los discursos de siempre y requiere una mirada progresista, regionalista y verde. Que tenga como objetivo una descentralización fuerte para regiones y comunas. Pero que en el modelo que aún existe tome una hoja de ruta pensando en el bienestar de toda una población.

 

Consensos necesarios para un debate municipal.

 

En mi opinión debemos llegar a un consenso básico que encause la discusión municipal, y que sean herramientas básicas para un acuerdo electoral futuro. Como he dicho antes, no podemos pensar en quién si antes no nos hemos puesto de acuerdo en cuáles son los desafíos que queremos abordar para la región de Tarapacá a través de sus gobiernos locales. Lo que sigue lo escribo pensando particularmente en la ciudad de Iquique.

 

  1. Municipalidad, una institución fuerte, ágil y al servicios de las y los ciudadanos. Reorganizar las prioridades municipales desde una perspectiva progresista, regionalista y verde necesitamos reflexionar y escuchar a los ciudadanos sobre qué esperan de ella. Pero básicamente debemos esperar que exista un espacio físico propio para las gestiones institucionales. Ello no requiere necesariamente un municipio más grande, pero si más eficiente.

  2. Desarrollo sustentable para el gobierno local. Iquique necesita transformar su modelo de desarrollo, dependiente absoluto de la actividad minera y con participación más baja de otras actividades como el turismo o la zona franca, entre otras. La sustentabilidad contiene tres características: económica, social y ambiental. Poner en sinfonía estas tres cuestiones son claves para pensar un nuevo desarrollo local en la ciudad. El ejemplo más común de ello es que no sólo necesitamos empleos, sino mejorar la calidad de dichos empleos.

  3. Educación, Salud y Planificación Urbana como objetivos inmediatos. La clave de cualquier proceso de desarrollo humano está en el bienestar de su población. Por ello requerimos de un gobierno local que comience la revolución por la educación municipal de calidad y una salud a la altura de que la gente necesita. No podemos cambiarlo todo, pero las prioridades pueden ser el camino y el liderazgo político la influencia necesaria para concretar los objetivos. Respecto de la planificación urbana. La ciudad de Iquique requiere un profundo debate que garantice la protección patrimonial, la reducción de emisiones, la organización amable de la ciudad (aquí hablamos de transporte público entre otras cuestiones) y detenga la segregación residencial que deja a los que tienen menos en el abandono.

  4. Gobernar con transparencia y profundización de la democracia. Los municipios cuentan con una serie de instrumentos que permiten profundizar la democracia y deben estimular el debate y la participación ciudadana en las decisiones. Ejemplos no sólo los tenemos en Porto Alegre, sino también en las mismas comunas chilenas donde algunos Alcaldes han puesto a consulta temas relevantes para sus ciudadanos. No sólo requerimos nuevos líderes en las instituciones públicas, también en los gremios, sindicatos, asociaciones de todo tipo. Pues la alternativa debe construirse desde todos los frentes posibles.

  5. Desarrollo económico local con perspectiva humana. Iquique debe potenciar sus empresas y sus fuentes de ingresos, pero no a cualquier costo y menos aún bajo cualquier condición. Como ya señalamos la sustentabilidad requiere una mirada multidimensional que se basa en garantizar temas como seguridad laboral, protección social, salarios de calidad y una responsabilidad social que sea coherente con los objetivos que agentes públicos, privados y ciudadanos han acordado.

 

De los consensos anteriores, de los cuales podemos debatir si se deben agregar más o menos, debemos ser capaces de construir un programa en conjunto que ofrezca a la ciudadanía, un cambio de modelo en la manera de hacer las cosas. Hay muchas cosas que se nos quedan en el tintero, tal vez muchas de gran calado, pero para eso estamos aquí, para tener un debate abierto, honesto y sobre todo con la convicción de hacer de nuestra ciudad y región un lugar digno para vivir y del cual estar orgullosos.

DESARROLLO Y ENERGÍA EN CHILE Un debate para tod@s

DESARROLLO Y ENERGÍA EN CHILE Un debate para tod@s

Si por un momento pensáramos hipotéticamente que existe un botón, capaz de apagar en un segundo toda la generación energética del país (es decir, que nos cortara la luz) seríamos capaces de dimensionar las consecuencias humanas y socioeconómicas que derivan de la falta de energía.

Nuestro mundo actual requiere ingentes cantidades de energía para sobrevivir, energía en el más amplio sentido del término, y sin ella retrocederíamos años, si no siglos. 

Es entonces que constatamos una relación más inteligible: desarrollo y energía van de la mano, pues para seguir en la senda del desarrollo necesitaremos energía que lo permita.

¿Qué tipo de desarrollo es el que queremos? Esa discusión, que parece no darse en Chile, tampoco quiere ponerse en debate, ya que nos hemos entregado como corderos al matadero con un modelo socio-económico que privilegia a unos pocos por sobre la mayoría. Un modelo que ha construido un marco de valores que permite el despliegue de las ideas de un crecimiento económico y el desarrollo del chorreo, nublando cualquier tipo de alternativa, como un modelo que privilegie el buen vivir y el desarrollo sustentable. 

Con una democracia enferma y un modelo económico que privilegia al más fuerte, debatir sobre nuestro modelo energético parece imposible. Hemos entregado el debate a los técnicos, “a los que saben de estas cosas”, pues para la ciudadanía, esto de la energía es algo que no se entiende y mejor que así sea, pues de este modo no molestan. 

Es aquí donde trasladamos el debate sobre la energía y el desarrollo al terreno de la política (al terreno que le es propio), porque nos estamos jugando el devenir de todo un país y con ello debemos preguntarnos hacia dónde vamos y cómo queremos llegar hasta allí. Si continuamos como vamos, estaremos incubando una crisis social profunda que estallará tarde o temprano, pues los sectores excluidos son cada día más y están relegados a la “inclusión” de comprar y usar más tarjetas de plástico. 

Preguntarnos qué tipo de desarrollo queremos implica presentarle a la ciudadanía las opciones posibles, y eso no es más que la política en sí misma. Posteriormente es necesario consultar de manera democrática ¿qué es lo que preferimos? ¿Q queremos que el norte grande de Chile, siga teniendo un 99,06% de energía generada por termoeléctricas que dañan nuestro medio ambiente y nos roban día a día el agua? ¿Queremos un sistema que privilegia la concentración económica por sobre el bienestar de la ciudadanía?

La política energética requiere de un pacto social y político que determine hacia dónde vamos. Ello pone de manifiesto la revisión de todo el sistema y de la opinión de todos los actores, con una visión de país que privilegie el desarrollo sustentable económico, social y medioambiental. 

Debemos avanzar hacia un modelo más diversificado y limpio. Algunos plantean que la posibilidad de aumentar las energías renovables no convencionales es una tarea infructuosa por el alto costo que implica, pero debemos tomar decisiones como país respecto de dónde invertiremos nuestro dinero. Este es un tema tan importante como la salud o la educación y debe ser atendido con el mismo sentido de Estado, implicando los esfuerzos necesarios para generar el cambio. 

Las ideas son muchas; es posible aumentar la cuota de energías limpias, junto con mejorar la eficiencia energética y optar por modelos de generación, transmisión y distribución en red, y de autosustentabilidad en muchos casos perfectamente posibles. Pensemos en poblaciones pequeñas o incluso polos industriales que sean capaces de generar su propia energía. 

Hay muchos temas que poner en la mesa, pero requerimos de la voluntad política de poner manos a la obra en algo clave para el futuro de las y los chilenos. Chilenos que hasta ahora han visto el tema de la energía como algo que parece que no les incumbe y quedan en las manos de unos pocos lobbies del sector energético y los gobiernos, que influyen y presionan por mejores condiciones para una alta rentabilidad pero con escaso beneficio social y ambiental. 

Las personas no sólo reclamarán por la cuenta de la luz a fin de mes -que ya es bastante alta- sino que exigirá que muchas cosas no se repitan. La gente aprende más rápido de lo que las políticas públicas cambian; debemos hacer el esfuerzo de realizar ese gran pacto que nos permita avanzar al desarrollo, pero a un desarrollo con menos desigualdad y con una matriz energética diversificada, limpia y, por sobre todo, segura. 

Chile: ¿Un país de prudentes?

Chile: ¿Un país de prudentes?

Cada vez que converso con algún extranjero sobre Chile, la respuesta o mejor dicho la frase es la misma: “Chile es el mejor país de sudamerica”. Tentarse con tal afirmación sin duda es bastante fácil, sobre todo para quienes por diferentes razones desconocen la realidad chilena desde abajo y no sólo desde arriba, donde efectivamente salimos bien, pero estamos distantes de dar por segura la frase anterior.

 

Y es que afirmar que Chile es mejor, trae tantas preguntas a colación que dan para hacer una tesis completa sobre el tema, pero también es motivo de conversación una de las cualidades que se le atribuyen a la sociedad chilena y de la cual no deberíamos dejar de preguntar. Porque parece ser que pasamos de ser fomes a ser prudentes, de ser los aburridos a ser cautelosos y esa cualidad es una de las principales características de nuestro “modelo de desarrollo”.

 

¿Cómo se manifiesta esa característica en nuestra cultura chilena?, si repasamos brevemente, dicha cuestión ya la había señalado Marcelo Bielsa como una de las cosas que le gustaban de Chile al contrario de esa pasión desbordante que él le atribuye a la Argentina que parece actuar antes de pensar. Pero parece que los chilenos no sólo pensamos antes de actuar sino que pensamos mucho, mucho y luego incluso nos quedamos donde estamos para no meter la pata.

 

Somos prudentes en nuestras finanzas públicas, previsores, ahorradores, prudentes para no molestar al de al lado, prudentes para hacerlo todo bien y quedar bien con todos. Pero esto es propio de las y los chilenos como de que también somos unos mentirosos, que tenemos doble estandar, que por un lado una cosa y luego hacemos otra, que como dice Jaime Bayly nos decimos conservadores pero somos unos libertinos. De parecer tontos, pero somos unos pillos, parece que disfrazamos entonces la sagacidad y la convertimos en prudencia para no ser acusados de avezados. Es mejor pasar por tonto que por listo.

 

La prudencia debe ser una cualidad sin duda, sobre todo en materia política y económica, pero también puede ser una factor de conformismo a la hora de tomar las decisiones clave para el presente y futuro, y creo que a veces deberíamos ser más atrevidos y tomar decisiones con más pasión y convicción, creyendo ciegamente en lo que hacemos y saltar sin miedo, aunque corriendo el riesgo de equivocarnos, ¿o no?


Aunque todo esto no es más que una hipótesis inconclusa que pretende abrir debate, ahora la pregunta correcta sería ¿qué piensa usted?

 

VALENTIA POLÍTICA

 

Las derechas no ganan, son las izquierdas las que pierden cuando dejan de conectarse con la ciudadanía que les dio el poder. Cuando se convierten en empresas de pre-venda, en arreglos para tal o cual interés particular, cuando simplemente abandonan el coraje de llevar a cabo los sueños encomendados y se dedican a tranzar bajo la excusa de la gobernanza.

 

La centro-izquierda pasa por un momento de debilidad y agotamiento, y no es por la falta de ideas, no es por la falta de propuestas respecto de un proyecto progresista, no es eso. Ello ocurre porque tenemos una clase política acomodada en el calculo electoral y sorda terminal ante los gritos ciudadanos que por mucha reunión de reconciliación, estos no logran comprender lo que la ciudadanía les intenta decir.

 

Y quienes tomaron el poder-aunque tendríamos que escribir otra columna para profundizar en quienes son realmente los que tienen el poder-son herederos de las prácticas y la organización de una concertación desgastada, por su incapacidad de volver a construir un discurso que convoque a la mayoría de los chilenos y chilenas, y por sobre todo porque no pueden actuar en consecuencia con ello. Pactando reformas incoherentes con sus principios.

 

El mundo atraviesa aún un crisis económica profunda, un deterioro ambiental progresivo y un abandono de la política por medidas correctivas que favorezcan la estabilidad del sistema financiero. La izquierda perdida entre lo que quiere y lo que puede, es incapaz de reaccionar, sus respuestas no seducen y entregan a las manos conservadoras la conducción de los países, conservadores que no son más que títeres de un sistema financiero abrumador y poderoso.

 

Chile y el mundo reclaman valentía política y ello significa tomar decisiones consecuentes, arriesgadas y defender un nuevo modelo de sociedad donde lo central sea lo humano, la felicidad y el desarrollo sostenible. ¿Pero de dónde vendrá esa valentía? Sin duda no de los líderes que han heredado por secretaría el rumbo de un coalición perdida y enfrentada así misma. Tendrá que ser una nueva generación la que conquiste el poder, conquistando el corazón de los ciudadanos y tenga la valentía de llevar a cabo una transformación profunda de la sociedad en que vivimos.

 

En mi opinión Chile continuará por largo tiempo en manos de los conservadores, que administran en función de las conveniencias empresariales y que tienen como religión la relación costo-beneficio para resolver los problemas del presente y de futuro.

 

Ya no creo en las promesas de: ¡Ahora sí!. Debemos ser la generación que conquiste a Chile con un discurso de transformación y demuestre en su acción la valentía y el coraje que significa defender y promover un mundo diferente y mejor para todas y todos. Podemos hacerlo, vamos hacerlo.

LAS REGIONES TAMBIÉN SON CHILE

Nací en una ciudad donde el discurso principal, es que la ciudad era el corazón de América y que nuestro puerto conectaría el cono sur, el Atlántico, el Pacifico y y el Asia, todo junto gracias a mi ciudad. Que somos los mejores, los campeones, que hemos derrotado las crisis del salitre, la pesca, que con nuestras banderas negras hemos enfrentado presidentes de todos los colores y hemos salido victoriosos. De mi región inventada han salido Leones y Salvadores, incluso esas anécdotas de la historia dicen que hasta fuimos capital por un día, y creo que lo mejor de todo es que dicen que en el cerro, una duna enorme al sur de nuestra ciudad duerme un dragón que nos cuida y nos da fuerza.

En mi región vivimos muchos, somos inmigrantes todos, hay mestizos, aymaras, quechuas, italianos, croatas, chinos, peruanos, bolivianos, indios, pakistaníes, colombianos y hasta sureños. Todos somos parte de una ciudad y una región.

Como el lector podrá adelantar yo no tenía idea - y debo admitir que la vine a tener hasta hace muy pocos años - , de los Matte, los Larraín, los Saieh, los apellidos con EXT que luego fueron ECH, del oriente y del poniente, menos aún de eso que dicen “por arriba o por abajo de plaza Italia” . Cuando yo viajaba me enteraba poco, primero porque era chico, así que ni idea. Pero el primer atisbo de extrañeza fue cuando en 1999 fui parlamentario juvenil por el distrito dos, mi región y ciudad. Cuando llegué a Valparaíso además de mirar como buen provinciano la hermosa ciudad que amenazaba mi idea de puerto grande, comenzaron a acercarse varios hombres de la misma edad que yo, para preguntarme: ¿de qué partido era?, ¿qué por quién votaría para la presidencia?. En ese entonces había supuestamente que estar con el sobrino de un señor de apellido común pero de nombre medio alemán. Yo respondí con toda franqueza que no tenia ni partido, ni conocía al tal sobrino, que yo representaba a mi ciudad y a mi región y que por lo tanto me sometía a la voluntad de todos los presidentes de centros de alumnos que nos habían acompañado – como paseo de curso – a sesión bianual del parlamento juvenil.

Mi ingenuidad era tremenda, yo que venía del corazón de América, como iba a meterme en la chica de los partidos, además yo honestamente no tenia ni idea, a mí o me caían bien o me caían mal, nada más.

Pero no nos aburramos, saltemos 10 años en el tiempo y les cuento qué paso.

Resulta que ahora vivo en Madrid, y he conocido tantos chilenos de esa otra parte del mundo, esa más allá del Loa que dicen que es Chile. Y allí me comenzaron todos hablar de comunas, barrios, calles, sitios para comer, de universidades, pero por sobre todo de colegios, de colegios. He conocido gente muy interesante que se supone son de estos colegios cuicos, con nombres asociados o a la iglesia católica, o algún país europeo – que porsupuesto no son España – y con nombres ingleses que parece connotar la cuna de estos cabros. Y allí se me prendió la ampolleta o bien se me cayó la chaucha, como diría un senador virtual al que tuve idiotez de hacerle campaña. Y en ese proceso me di cuenta que era el Machuca pero viviendo en Europa, que para los efectos era lo mismo.

No me puedo olvidar de un anécdota que confirmo todas mis reflexiones y dicho sea de paso, estas reflexiones eran ordenadas gracias un libro de Contardo que me trajeron de regalo. Estaba yo en pleno verano, invitado a la piscina de un señor muy importante y resulta que allí habían dos chicos de vacaciones. Uno de ellos me preguntó ¿de dónde eres?, de Iquique le respondí, con ese tono orgulloso, siútico si me acuerdo del autor. El compadre no cacho na’, necesitaba ubicarme en la estructura social rápidamente, y volvió a preguntar con tono incisivo ¿De qué colegio eri?

Ahí lo vi todo claro y comencé a conversar con varios amigos y amigas. Uno de ellos fue concejal de Santiago así que me podía explicar bien eso de vivir al otro lado del Loa. La conclusión era que yo había crecido claramente en otro Chile, sin las diferencias sociales del centro y ese discurso de que somos el corazón de América era uno de los causantes de que yo no hiciera caso nunca a eso de: “tú no puedes” y haya hecho tantas cosas y haga otras tantas más si continúo en la tierra. Aquí viene lo fome pero necesario.

 

Resulta que nuestro país tiene unas condiciones de desigualdad a nivel territorial terribles, cuestión sabida, pero que yo me dedique a investigar y lo hice parte de una tesis de post-grado (me tengo que promocionar). Si se revisa los datos de cualquier dimensión de desarrollo nos encontramos con las enormes diferencias de vivir en Santiago o en una región. Nuestro modelo de país nos está llevando a un crisis enorme que obliga a concentrar la población, y la planificación política y social es tardía, pues ni el gobierno central, y tampoco los territorios cuentan con las capacidades de abordar con eficiencia y visión integral lo problemas que se presentan. Se suele actuar tarde y mal.

 

Un ejemplo al pasar es la encuesta suplementaria a la CASEN que en su última versión dio a conocer que el suelo medio de una familia chilena superaba los 600 mil pesos 1. Resulta que cuando dichos datos se revisan nos damos cuenta que sólo cuatro de las quince regiones cumplen cifra y más aún la gran mayoría de las regiones se encuentran muy por debajo de la media. Los números suelen engañar, pero dejan patente la desigualdad chilena. Podríamos estar varias páginas dando ejemplos.

 

La pregunta es ¿qué hará cambiar esto?, ¿es posible que Chile se atreva a tener otro modelo de Estado?. Un modelo de Estado que brinde a los territorios la capacidad real – dígase económica – de construir su futuro y su desarrollo. Sin duda esto es posible, cuando la ciudadanía reclame ese derecho, es la condición sin ecua non para que ello se lleve a cabo. Nuestro sistema político privilegia el centro, no sólo por una cuestión electoral, también por una cuestión de cultura política, de cómo se reparte el poder.

 

Debemos decir que esto no es una revancha contra el centro, aquí el enemigo no es Santiago, sino continuar un modelo de país que segrega a sus ciudadanos y ciudadanas, que permite que los poderes económicos expolien día a día nuestros recursos naturales y los conviertan en excedentes que además son enviados fuera de nuestro territorio nacional. Si hemos de creer en un desarrollo humano y sostenible debemos levantar un discurso regionalista, no como compensación para unos en contra de otros, sino como una manera de vivir mejor y darle a las generaciones futuras un país digno de sí mismo.

 

Esto sin duda actualmente no ocurre, tenemos un sistema que nos lleva a migrar, a tener zonas del país deprimidas económica y socialmente irrecuperables. Se inventan leyes y programas que finalmente no arreglan un problema que no tiene que ver con el territorio como parte del sistema nacional, sino con todo el sistema nacional.

 

Debemos ser capaces de poner en cuestión el modelo de Estado en su conjunto para dar salida a las soluciones y tener un país que equilibre y distribuya mejor los recursos, donde las empresas realicen un aporte real y sustantivo, no meras limosnas que compran líderes locales y parlamentarios.

 

La transformación no viene desde el centro, esto sería un error, debemos ser capaces de levantar a la ciudadanía desde abajo y poner en debate y rieles de cambio a un país que sufre de un exceso de concentración económico y político que estallará en la cara de las próximas generaciones.

 

Las regiones también son Chile, todas ellas contribuyen al día día del desarrollo nacional, no son una bolsa de votos y tampoco el patio de vacaciones de los empresarios y políticos en la capital, las regiones son fuentes de la cultura y esencia de la vivencias de cada persona. Pues como ya lo dijo Boisier, en nuestros territorios realizamos toda nuestra vida, por lo cual su desarrollo debe depender de ellas mismas.

 

Chile seguirá siendo Chile, no debe haber temor. Pero será un Chile diferente, más justo y próspero. Donde esa famosa palabra llamada igualdad podrá estar más cerca del ideal.

 

Nosotros los provincianos desembarazados muchos de los mitos y determinaciones de arriba o abajo de plaza Italia, tenemos la responsabilidad de construir ese país diferente, donde ser de región signifique ser el corazón de América y el Mundo si se quiere.

 

Por: Gonzalo Prieto Navarrete

Iquiqueño, Chileno

(Y a veces, cuando me dejan...ciudadano del mundo)

 


1Ver artículo publicado en la revista digital Redacción : 23 de Julio 2010 http://www.redaccion.cl/noticia-destacada/desigualdad-de-ingresos/

LA GEOPOLÍTICA DEL MEDIO AMBIENTE

LA GEOPOLÍTICA DEL MEDIO AMBIENTE

Lee esté artículo en http://www.redaccion.cl

Consideraciones sobre el juego de poder detrás del discurso medioambiental

¿Qué duda cabe que estamos ante un momento histórico para el planeta? Somos testigos de los grandes cambios a nivel tecnológico y debemos hacer frente a un deterioro desmesurado de la naturaleza producto del crecimiento exponencial que implica grandes consumos de energía, recursos naturales no renovables y la perdida de diversidad biológica. A pesar que el discurso de ambientalistas o ecologistas viene dándose hace mucho tiempo, desde los 70 que ya existían informes como el Brundtland o la cumbre de Río en 1992, es hoy cuando existe mayor conciencia respecto del daño medioambiental que le estamos causando al planeta día a día y es el momento a lo largo de la historia donde mayor énfasis en la mitigación de las consecuencias dañinas estamos colocando.

 

Esta tesis puede ser perfectamente plausible pero, ¿es del todo cierta?, no me refiero a cuestionar los daños del cambio climático sino a qué está detrás de los discursos y acciones medioambientales de los estados más ricos del mundo. ¿Es sólo conciencia ecológica o existen otras cuestiones?.

 

El factor petróleo.

 

Como sabemos la industria actual y la gran parte de nuestro sistema global se mueve entorno al petróleo. Éste recurso energético que también es parte de un sin número de procesos industriales, producción de materiales, es clave a la hora de analizar la necesidad del cambio en nuestro modelo energético general, así como también la idea del discurso medio ambiental.

 

A día de hoy el precio medio estimado del petróleo es de 97 dólares por barril. El alza en el precio del crudo tiene francamente preocupados a todos los países, pues el precio puede está afectando seriamente la economía mundial. Además de estar enriqueciendo día a día las arcas fiscales de los países productores que están controlando el ritmo de la producción y por lo tanto la subida de los precios.

 

No es que se vaya acabar el petróleo como nos decían, sino que su producción es más lenta con el fin de aumentar el precio. La pregunta obvia es ¿quién se queda con el dinero?, y ¿qué hacen con él?

 

El nuevo orden mundial

 

El hecho es que el petróleo sigue importando y mucho. Todos los días los países desarrollados están trasladando importante cantidades de dinero a países productores que no son precisamente de corrientes ideológicas cercanas ni a los intereses europeos y menos aún a los intereses de Estados Unidos. Según el profesor de la universidad de Barcelona Mariano Marzo, los países productores están comprando fondos soberanos de los países desarrollados y controlando poco a poco las grandes multinacionales que estaban en manos de los países europeos y Estados Unidos. Éste es un cambio de mano que re-define el orden mundial conocido y pone a países de oriente medio como Arabia Sudita o Venezuela como los nuevos dueños en el mundo (al menos de parte importante).

 

A ello si sumamos el avance descomunal de China, la India y Brasil, vamos pensando una nueva forma de entender la necesidad de cambiar el modelo de generación energética mundial, pues el mango de la sarten puede cambiar de manos en pocas décadas.

 

¿Cómo se re-interpreta el discurso medioambiental?

 

Los países más ricos vienen poniendo en marcha una serie de investigaciones el más alto nivel para acometer el cambio profundo en materia energética. Muchos de los avances no se han implementado por la obstrucción que ponen los grandes intereses petroleros, léase el caso de los autos eléctricos diseñados hace ya casi dos décadas y donde aún tienen problemas de colocarse en el mercado.

 

Parece entonces que la discusión sobre el medio ambiente responde más a la necesidad de los países ricos de conservar su hegemonía económica y cultural que a verdaderas razones por mejorar la calidad ambiental del planeta y tener un paradigma de desarrollo sustentable.

 

Los países en desarrollo como Brasil, India o China tampoco quieren que su desarrollo se vea mermado por cuestiones de tipo ambiental y han sido férreos opositores a cambios en las reglas del juego como el impuesto verde que se les quiere imponer a las exportaciones de sus productos. Dentro de los países desarrollados ésta es una cuestión generalmente debatida por los sindicatos de trabajadores que ven como peligran sus fuentes laborales producto de los bajos precios de países de américa latina o Asia.

 

Entonces el medio ambiente, la biodiversidad ¿a quién le importa?, todo es un juego de dinero y poder global que busca el control y la no perdida del poder político y económico.

 

Sin embargo el problema existe, el cambio climático no es un invento y es absolutamente evidente. Nuestro nivel de consumo actual no es sostenible y necesitamos realizar una nueva revolución en materia industrial y tecnológica que nos permita dar un paso más allá y vivir de una manera sostenible y con un bienestar adecuado. Dichos desequilibrios no son fáciles de resolver.

 

Lo que he manifestado más arriba es la situación que atraviesa la difícil tarea de adoptar nuevas formas de producción energética, donde la situación geopolítica debe ser considerada como una variable importante a tener en cuenta y que el debate se torna más complejo a medida que vamos investigando con mayor rigurosidad la situación de como avanzamos a mitigar el cambio climático y transformar nuestro modelo energético en la economía actual.

RESPUESTA A ANTONIO LEAL: La Alternativa no se construye bajo la marca del concertación.

Hoy en el quinto poder, Antonio Leal ha realizado un estupendo análisis sobre las tareas que se deben acometer en Chile desde una mirada más progresista y junto con ello una buena descripción sobre las innumerables fallas de los gobiernos de la concertación, aunque haya ocupado un discurso tibio e indulgente para con la vergonzosa desigualdad que atraviesa el país (a la cual ha calificado de “modesta”), no sólo en términos cuantitativos, también en esa dimensión cualitativa que muestra un Chile profundamente clasista y xenófobo.

 

Lo que sorprende al leer su columna, la que reitero hace propuestas que comparto, es que parece ser, que la claridad les ha aparecido ahora, luego de perder las elecciones y no antes cuando se gobernó, se fue parlamentario y presidente de la cámara baja. Es ahora, cuando aparecen los discursos elocuentes y no ayer cuando se tuvo el poder (pero no el coraje) de profundizar la democracia, cambiar nuestro modelo económico y además dar garantías a un modelo de desarrollo sostenible para el presente y el futuro. ¿Todo esto se les ocurrió ahora? A mí francamente me parece un poco tarde.

 

Pues no es sólo un asunto de ideas, de análisis estructurales, en un nivel de análisis meso, cabe la responsabilidad de quienes ostentaban el poder y por tanto sobre ellos recae la responsabilidad política tanto por aquello que se hizo como de lo que no se hizo.

 

Como sé que le respondo a un sociólogo, cito a Michel Foucault en su orden del discurso, pues no sólo importa lo que se dice, sino quién lo dice, dónde se dice y cuándo se dice. En éste caso el ex-diputado Leal quiere decirnos que hagamos borrón y cuenta nueva, y que además sea la concertación la que nuevamente lidere un proceso de alternativa política. Yo respondo a eso, que NO.

 

Pues precisamente ha sido la concertación en su abandono de la ciudadanía en sus prácticas, que son la causa del voto a hacia la derecha, las que están contaminadas y que no es posible creer que los mismos que gobernaron 20 años hoy resulta que se les cambio el chip, que vieron la luz de la verdad y ahora lo harán mejor. No es sólo una cuestión de políticas públicas, de grandes cambios estructurales. La ciudadanía castigo una manera de hacer política y dar una alternativa a aquello no es posible bajo la misma marca.

 

Construir la ALTERNATIVA pasa por un cambio en las personas que conducen los procesos políticos, por romper el cerco de esa gran familia de la concertación, donde se repiten los apellidos y se jugaba con los cargos como la silla musical.

Bachelet gana la elección porque simplemente responde a esa demanda ciudadana y tiro por la borda a los designados a ser candidatos, y que las y los ciudadanos en su único rédito de demostración democrática impusieron la diferencia.

 

La concertación es responsable de un bipartidismo asfixiante y un centralismo demoledor que deja a las regiones de Chile incapacitadas de construir su propio desarrollo. Es una cuestión de mera confianza, la concertación perdió junto con las presidenciales la confianza de la gente.

 

Señor Leal, comparto sus ideas sobre los cambios que debemos emprender en Chile, pero respetuosamente le digo: qué no deben ser ustedes los que lideren nuevamente esa tarea, le agradecemos todo lo hecho, pero es tiempo de dar el paso al lado y contribuir desde otros espacios, pues la ALTERNATIVA nacerá de quienes están llamados a trabajar por la confianza de la ciudadanía y gobernar pensando en abordar con coraje los desafíos que nos trae la vida.

 

La Concertación... o la alternativa

La derrota no trajo consigo el recambio esperado; la coalición otrora gobernante fue incapaz de incubar en su seno los liderazgos necesarios para interpretar a la nueva sociedad chilena que emergió en conjunto o paralelamente a los 20 años de gobiernos de centro-izquierda moderada. Hoy las redes sociales, las televisión, la prensa digital, los cambios en la rapidez de la información, cuestiones que han transformado el tejido social global, no son ajenos a un Chile que interioriza valores liberales tanto en lo económico como en el quehacer social.

¿Cómo, entonces, una coalición de centro izquierda plantea algo distinto? ¿cómo se pueden reinventar diputados, senadores, alcaldes y jefes de partido que no han logrado captar ese cambio ciudadano? Una vez perdida la sintonía fina con el sentir ciudadano, la “nueva Concertación”, con herederos y practicantes de las mismas formas de conducir los espacios de poder, no se encuentra a sí misma, porque nuevamente piensa con un código diferente del que están pensando los ciudadanos y ciudadanas del país.

Es visible el hartazgo ante las prácticas de pasillos, los falsos consejos ciudadanos, las encuestas truchas y las frases hechas de: “ahora sí lo hacemos mejor”.

Es innegable el gran avance de los gobiernos de la Concertación en un sinnúmero de materias, pero también podemos constatar que muchos de esos avances han logrado, a largo plazo, mantener las brechas de desigualdad, entregar nuestros recursos naturales y estratégicos en manos de empresas multinacionales y sembrar el miedo como motor de movilización entre la ciudadanía.

Luego de siete meses de gobierno, la derecha tiene el panorama político muy claro: aquí todavía nos queda otro período. Por eso las disputas tempranas sobre el candidato presidencial.

Tenemos dos caminos claros, muy claros: o seguimos anhelando una Concertación reinventada, tuneada, recauchada, que no es más que los mismos con discursos efectistas, u optamos por construir la alternativa. Una nueva alternativa política que nazca de una nueva generación, no sólo política sino ciudadana, que tenga sintonía con el nuevo Chile y que recoja el legado pero sin sentirse atada a los fracasos y estancamientos.

Una alternativa que proponga un nuevo rumbo, basado en una nueva forma de entender la economía, la política social, la administración pública, los recursos naturales, la energía, la relación con América Latina y el mundo. Una alternativa que tenga como fin del desarrollo sostenible a los ciudadanos y no el crecimiento económico. Donde la meta sea ser feliz y no tener más.

Esa alternativa se construye en conjunto, de manera transversal, colectiva pero liderada a partir de la pasión y la convicción de que podemos hacer las cosas de otro modo y que no estamos condenados a vivir en un sistema económico y social como el actual eternamente. Que podemos demostrar que es posible abrir un nuevo camino y romper con el paradigma costo-beneficio con el que se construye el imaginario cultural dominante.

Para ello no nos debe agobiar lo contingente. Debemos prepararnos para asumir el liderazgo generacional y desde hoy construir la alternativa convocando a todos y todas, a sumar y abrir conversaciones y acción política. Cuando llegue el momento debemos estar listos para llevar a cabo lo que el nuevo contrato con la ciudadanía nos demanda y hacer posibles los sueños y aspiraciones de ese nuevo Chile.

Queremos seducir con las ideas y convocar con nuestra acción en un ejemplo de coherencia y de práctica política con mayúsculas, demostrando que el objetivo es el bien del país y no el mero cálculo.

El hijo debe dejar el hogar. Debe ser capaz de forjar su propio destino, tomando el lugar que le es propio. En eso consiste en construir la alternativa y esa alternativa la vamos construyendo todos y todas.

LA INVERSIÓN EN ENERGÍAS RENOVABLES ¿Hasta dónde ha avanzado Chile?

LA INVERSIÓN EN ENERGÍAS RENOVABLES  ¿Hasta dónde ha avanzado Chile?

Se ha constatado que el deterioro del planeta tiene entre sus causas el crecimiento desproporcionado de nuestro actual sistema económico, el capitalismo, que sólo opera bajo el paradigma de coste-beneficio y por lo tanto todo aquello que no se ciña a esté principio queda descartado como posibilidad de irrumpir en el homogéneo sistema.

 

La industrialización ha requerido ingentes cantidades de energía, esa energía es proporcionada por distintos métodos, entre las que ha destacado el petroleo, gas, carbón, la energía nuclear e hidroeléctrica. Los llamados países desarrollados, a los que yo preferiría llamar países ricos, han sido los principales responsables del consumo energético producto de su aumento exponencial de la producción de bienes y servicios, bienes y servicios que finalmente ocupa en mayor o menor medida todo el globo. Por ello es que con mayores o menores responsabilidades, todos somos parte de la solución que debe llevarse a cabo.

 

En Chile, el modelo energético es propio de un país con las características del sub-desarrollo. Un país que emerge abriéndose al mundo y que aumenta su producción (Ej: Chile potencia agroalimentaria, Chile país minero) ya sea en sus objetivos futuros como en su modelo económico presente, el país necesita más y más energía para acometer ese sentido finalista y poder decir que Chile es un país desarrollado, que no es otra cosa que llegar a un PIB per-capita por sobre los 22.000 dólares PPA, cuestión que no tiene nada que ver con el desarrollo o el buen vivir.

 

Gracias al discurso global que ha puesto en relieve la discusión sobre el medio ambiente y la necesidad de salvaguardarlo realizando cambios sobre todo en el ámbito energético, es que nuestro país también se suma y su población comienza a mostrar señales que protegen (al menos en el discurso público) el medio natural. Cabe preguntarse aquí, si existe algún estudio sociológico que permita defender la idea de que las y los chilenos se preocupan verdaderamente por el medio ambiente y tienen conductas coherentes con ello. Todo esto nos lleva a preguntarnos lo siguiente: ¿Es posible que Chile realice un cambio en su modelo energético? Responder a ello requiere ver al menos en un panorama general, cuáles son las condiciones para realizar ese cambio y si realmente existe voluntad política para dar el salto. Hasta ahora la hipótesis que planteo, es que mientras continuemos en un paradigma de crecimiento y desarrollo que tiene como base el capitalismo, las energías renovables tendrán poco que hacer en nuestro sistema de generación energética. No porque algunos no queramos, sino porque no existen las condiciones de ello.

 

ALGUNOS DATOS IMPORTANTES

 

Según la Comisión Nacional de Energía (en adelante CNE) difunde que el 66% de la energía generada es utilizada por los clientes NO REGULADOS, estos clientes no regulados son aquellos que consumen más de 2.000 KW/Hora, como ya podrán ustedes deducir, estos clientes son medianas y grandes empresas, siguiendo la lógica de producción igual consumo energético. Cuando se plantea la necesidad de tener más generación energética se piensa básicamente en el crecimiento de la producción y no necesariamente en las necesidades de la población. Aunque la población cuente como variable para realizar los estudios de demanda energética de un país al mediano y largo plazo.

 

La condición finalista de desarrollo ha llevado a Chile a ingresar en la OCDE y con ello, junto con otras cuestiones como la ratificación del protocolo de Kioto, se deben realizar cambios en el modelo energético que básicamente tienen que ver con más generación y políticas de eficiencia energética (véase el Plan Energético de la CNE). Deben sumarse los factores internos, la necesidad de contar con la seguridad energética suficiente que no es otra cosa que la autonomía de un recurso tan preciado. Recordemos los problemas del gas argentino, los cortes de suministro y la negativa de Bolivia a vendernos el gas. Son estos argumentos los que han llevado a la necesidad de contar con una generación eléctrica que permita cubrir tanto la demanda del país como así también el criterio de seguridad y finalmente el de imagen país.

 

Otro dato es la apertura e incentivo hacia las ERNC, con lo cual el Estado chileno ha generado diversas posibilidades para incentivar al inversión y por otro lado dar una imagen de país comprometido con el medio ambiente.

 

Se crea la ley 20.257 la cual obliga a las grandes generadoras (que producen más de 200 MW/h) ha que en el plazo del 2010 hasta el 2024, el 10% de la generación energética provenga de ERNC en un proceso de menos a más. Una gran noticia, pero que tiene sus problemas, o pequeñas trampas. La primera es que la producción hidroeléctrica es renovable y por tanto queda fuera de la obligación, en segundo lugar muchas de las plantas termoeléctricas, que son las más contaminantes, no caben en la categoría de grandes generadoras, pues generan menos de esos 200 MW/h. Un buen ejemplo es la termoeléctrica de Patache ubicada en la primera región de Tarapacá, la cual genera 110 MW/h y abastece a toda la región. Ésta no es considerada una gran generadora por lo tanto no se le obliga a generar un 10% de energías renovables.

 

La ley por lo tanto parece un buen avance, pero es insuficiente, pues no tiene el alcance necesario.

 

A través de CORFO, el Estado ha creado una serie de instrumentos de fomento que aumenten la inversión en energías renovables (estos datos pueden ser encontrados en la página de la CNE). Estos instrumentos son subvenciones a proyectos de pre-inversión de generación de energías renovables no convencionales. Algunos aportan hasta el 2% del costo total del proyecto y financian tanto estudios avanzados de ingenierías como así también consultorias técnicas con un monto que puede llegar hasta el 50% del proyecto de pre-inversión. Todo esto siguen siendo buenas noticias, pues se avanza por un camino correcto, pero nuevamente nos encontramos con un pequeño problema, la lógica predominante del mercado.

 

EL MERCADO CHILENO.

 

El mercado chileno en materia de energía se divide en tres áreas, generación, transmisión y distribución. Tanto lo primero como lo último suponen un mercado con varios competidores, buscando que el sistema tenga como objetivos los menores precios posible. Para el caso de la transmisión éste es un cuasi monopolio debido a la naturaleza propia del tipo de negocio.

 

El precio de la energía o mejor dicho de la generación de que se vende a los transmisores y éste a los distribuidores es regulado a través de la comisión nacional de energía cada 6 meses. Estos precios son fijos para los clientes regulados, pero no así para los otros (no regulados) que pueden fijar sus precios con bandas de hasta un 20% más del precio público. Junto con ello la ley obliga a las empresas transmisoras y distribuidoras a comprar la energía que se genera, esto permite dar un incentivo a la inversión.

 

Los países ricos han realizado profundos cambios en sus modelos energéticos, un caso de estos es España, el cual alcanza un 20% aproximado de participación de energías renovables en su matriz eléctrica. Ello ha sido posible porque el Estado español ha colocado ingentes cantidades de recursos económicos que subvencionan la actividad y junto con ello ha garantizado un precio de compra que permita respaldar las tasas de retorno de las inversiones. Sin ello el mercado de energías renovables no hubiese sido posible.

 

 

 

EL ANÁLISIS

 

Chile ha avanzado en la senda de dotar al país de energías más limpias, demostración de ello han sido los cambios de orden lega y también en una política pública de fomento a la inversión. Sin embargo esto es insuficiente desde la perspectiva económica o mejor dicho de las la lógica de los inversionistas que no ven aún seguridad para invertir en ERNC en el país.

 

Ante ello, las posibilidades hacia el futuro son dos. Que el Estado garantice los precios de venta con el fin de hacer rentable el negocio de las energías renovables o como segunda opción que el Estado sea quien invierta en ello siendo la vanguardia de un cambio en el modelo energético y en definitiva en un desarrollo más sostenible.

 

Por ahora la segunda opción es difícil que salga a la luz, tanto por como se han comportado las políticas públicas chilenas en está materia, como por el hecho de que ello requiere sustantivos recursos económicos que en la lista de prioridades tanto técnicas como políticas no se encuentran en el primer orden.

 

Sigue siendo entonces tarea de las y los ciudadanos organizarse tanto para reproducir un discurso que presione a nuestras autoridades políticas en la búsqueda de opciones que nos permitan cambiar ese modelo actual que es nocivo con nuestro medio ambiente y que se encuentra hipotecando el futuro a tasas económicas y sociales muy altas. Chile vive un periodo óptimo para acometer cambios estructurales en diversas materias, la energía no puede queda rezagada al mero análisis costo-benfecio.

LOS COBROS VERGONZOSOS DEL TAG Un problema de todas y todos los Chilenos

LOS COBROS VERGONZOSOS DEL TAG  Un problema de todas y todos los Chilenos

Cuando mi amigo Hermann Mondaca me cuenta su historia, ser una víctima más del TAG, me produjo estupor evidenciar tan de cerca cómo el Estado chileno y en particular un gobierno de la concertación pudo generar una ley que no sólo vulnera los derechos ciudadanos de igualdad ante la ley sino que coloca la dignidad nacional en lo más bajo.

 

El problema de las víctimas del TAG en resumen es el cobro exagerado de deudas debido al artículo número 42 de la ley 20.410 que obliga al deudor no sólo a pagar su deuda, sino que debe además pagar una indemnización injusta y gravosa de 40 veces el monto de la deuda contraída. Ello tiene sin lugar a dudas a miles de chilenos y chilenas con la vida echa pedazos económica y psicológicamente. Nada más terrible que saber de un día para otro que tienes una deuda millonaria, que eres incapaz de asumirla y que incluso la cosa se puede poner peor sino la pagas.

 

Ante éste abuso increíble por parte del Estado chileno a sus ciudadanos, que genera una ley que abusa y además entrega un enorme beneficio a las empresas concesionarias que seguramente ya ganan lo suficiente. Se ha creado un grupo en FACEBOOK de ciudadanos llamados “Las Víctimas del TAG” que busca aglutinar a las personas, no sólo víctimas del abuso, también invita a todos y todas a protestar contra la ley y los perjuicios que ella causa.

 

Es sencillamente un abuso enorme, una falta de respeto a nuestra institucionalidad, que deja una vez más la imagen de un país que se vende al mejor postor, sin importar en caso alguno la vida de sus ciudadanos. Leyes a espaldas de la gente.

 

Éste no es el problema de unos pocos, sino de todos, pues en cualquier momento podemos ser víctimas del TAG. No tenemos otra forma que levantar la voz ciudadana y protestar por nuestros derechos.

 

La exigencia es la derogación inmediata del artículo 42 de la ley antes mencionada, responsable de los cobros desproporcionados, que no respetan la capacidad económica de los deudores. Si una gran empresa no puede pagar, existen miles de leyes y formas de salir del paso, ella se declara en quiebra, remata bienes, etc. Aquí el deudor está indefenso ante el sistema.

 

Nosotros, todos nosotros somos los únicos que nos podemos proteger a nosotros mismos y luchar contra éste y otros abusos que nos brinda el Chile bicentenario.

 

Les invito a unirse al grupo en facebook VICTIMAS DEL TAG y secundar las acciones que se vienen. El problema es de todos.

PUNTA DE CHOROS: EL FALSO TRIUNFO CIUDADANO

PUNTA DE CHOROS: EL FALSO TRIUNFO CIUDADANO

El Estado es, ese acuerdo social en que hemos de depositar nuestra confianza, en sus líderes e instituciones para no hacer de nuestra sociedad un lugar en él que cada uno hace lo que quiere. La afirmación anterior podría discutirse, pues en la realidad esto no sucede, pero es un ideal por el cual se trabaja. Pues mal que mal es el Estado, el debe velar por nuestras garantías y seguridad, brindarnos un rayado de cancha para saber por dónde jugar.

 

El caso de Punta de Choros ha sido evaluado como un gran triunfo de la ciudadanía sobre el gobierno, por fin el ciudadano le dobla la mano al gobierno y éste debe echarse atrás en una medida, que no comparto, pero que obedecía finalmente a un marco regulatorio, legal.

 

Si bien al igual que muchos otros ciudadanos chilenos proteste activamente a través de las redes sociales porque votarán en contra de la instalación de una Termoeléctrica a carbón en Punta e Choros, una vez votado, lo que cabría esperar son otras reacciones, pero en mi opinión se ha cometido un error al dar pie atrás y peor aún, que lo haya hecho el mismísimo Presidente de la República de Chile. Las razones, las siguientes:

 

En un Estado de derecho, se deben respetar profundamente las instituciones y las leyes, los mecanismos y los procedimientos. Al echar pie atrás, el Presidente vulnero al Estado, deslegitimo a las autoridades y además, puso a Chile en una situación de debilidad ante quienes invierten en el país.

 

En segundo lugar, el Presidente y su gobierno, han demostrado debilidad a la hora de defender sus posiciones, y no sólo eso, sino que al vulnerar la institucionalidad crea una situación peligrosa para la democracia, pues lo que se ha hecho es lo mismo que hacían los emperadores ante el circo romano, bajar o levantar el dedo según aplaude o abuchea el público. Ahora él, tiene la capacidad de decidir lo que quiera en función de como vayan las encuestas y como se mediaticen los temas.

 

Si el Presidente Piñera quería cumplir su palabra sobre las termoeléctricas, debió haber presentado un proyecto de ley que modificará tanto la institucionalidad ambiental, hiciera leyes más restrictivas, propusiera una reforma tributaria verde y diera un paso en el cambio del modelo energético del país, hacia uno que garantizará la generación de energías limpias y renovables. Su golpe de efecto en nada ayuda a los ciudadanos, es una cortina de humo porque debilita la capacidad de que existan medios reales y democráticos más allá del voto, para tomar decisiones importantes como estás.

 

Sin duda en Chile se está transformando el repertorio de las movilizaciones sociales, aquello es real, pero no nos engañemos, hay otros temas en Chile que no tienen la atención ni de facebook, ni twitter y menos de los medios y artistas nacionales.

 

Si abrimos la puerta a que en Chile se haga la voluntad del dedo, estaremos caminando no hacia una democracia, sino hacia al populismo.

 

Cuántos temas fueron desviados de la atención nacional, personas que están en huelga de hambre, funcionarios luchando por su derechos laborales y los secundarios movilizándose para contener el avance inminente de la profundización de la lógica del mercado en las escuelas.

 

La ciudadanía celebra, pero allí quedan aún el 99% de las termoeléctricas en todo el norte grande, que son las que dan energía día a día a mineras que contaminan el agua y explotan recursos que no volverán jamás.

 

El desarrollo sostenible implica un modelo de crecimiento que armonice la economía, la sociedad y el medio ambiente. Eso se logra a través de leyes, instituciones y una cultura hacia nuestro entorno natural diferentes.

 

Piñera hábil o erróneamente decide con el dedo lo que está bien o está mal, eso en mi opinión lo convierte en uno más de los populistas del continente. Y a nosotros los ciudadanos nos da un falso triunfo.

 


33 MINEROS VIVOS EN CHILE...

La felicidad que nos embarga a todas y todos los chilenos es inmensa. Los 33 mineros chilenos vivos. El año ha sido muy duro, pero las y los chilenos nos ponemos de pie ante la adversidad más cruenta, este momento es inolvidable.

 

Un abrazo a esas 33 familias.

 

VIVA CHILE MIERDA

LAS BECAS LAVIN: “BUENO, BONITO Y BARATO”

LAS BECAS LAVIN: “BUENO, BONITO Y BARATO”

Ciertamente, ningún avance debe ser desconsiderado. Un paso adelante siempre debe ser bienvenido. El tema es, que esos pasos adelante deben tener coherencia con el camino y objetivo a conseguir. El tan ansiado desarrollo de Chile sin duda se alcanza, en parte, con la mejora sistemática de la educación, eso es incuestionable. Pero las soluciones deben apuntar a reparar o refundar un modelo educativo desigual, de baja calidad y claramente insostenible para los objetivos que tenemos como país. Hasta aquí creo que nada nuevo.

 

Las becas anunciadas por el ministro Lavín, son sin duda un paso adelante, se lo agradecerán todos quienes sean beneficiarios una vez comiencen a entregarlas. Pero ello no soluciona el problema de fondo planteado más arriba, hablamos de la desigualdad estructural del país, no sólo entre ricos y pobres, también entre la capital y sus regiones. Pues un joven que tiene una educación media, mediocre, no podrá alcanzar los 600 puntos para la beca, por tanto mientras otros corren con zapatillas, otros muchos siguen corriendo la carrera meritocratica descalzos. Para que hablar de los beneficios a los que deben obtener 700 o 720 puntos, eso ya es una ilusión.

 

Ningún problema se soluciona desde una sola variable, sino que éste debe ser abordado desde una perspectiva integral. Los expertos (yo no soy uno de ellos) nos han colmado de estrategias, lo que si está claro (y me atrevo a reafirmar) es que todo el presupuesto nacional en educación al menos debiera alcanzar el mismo porcentaje de países desarrollados, pero no de cualquiera, sino de países que estén haciendo bien la pega en educación, no se les vaya a ocurrir conformarse con Portugal.

 

Las becas complementarias son un acierto, una excelente noticia, eso debe no solo mantenerse sino que multiplicarse a todos los sectores más pobres, porque sin duda alguna él o la estudiante al que le pagan su carrera, estará más aliviado, pero si no tiene que comer o como pagar la pieza, difícilmente podrá sacar buenas notas. Aquí debemos estudiar mucho, no volver a equivocarnos y querer entregar un monto igual para todos, pues sabemos que vivir en una ciudad u otra implica costos diferentes. Las ayudas complementarias deben incluir: un estudio de costos de la regiones donde se asignan, beneficiar a quienes lo necesitan (criterio socio económico), ayuda para materiales necesarios, no es lo mismo estudiar derecho que arquitectura; gastos de trasladado, aquí puede haber convenios con empresas de buses, trenes y avión para reducciones en los pasajes y porsupuesto gastos de alimentación. Una beca complementaria debe contemplar todos estas cuestiones si realmente quiere nivelar a los estudiantes, que estos estudien en igualdad de condiciones y asegurar que ese estudiante tenga excelencia académica.

 

Su administración puede ser descentralizada, entregando los recursos a los gobiernos regionales para disminuir la burocracia y facilitar la rapidez de las entregas, sin duda con criterios de evaluación y entrega nacionales. Los estudiantes postulan en sus propias regiones, y son ellas las que evalúan y entregan los fondos mensualmente. Ello además impide que los servicios se saturen, ya que si fuesen las regiones quienes reciben las que entregan recursos, habrá más demanda de unas que de otras.

 

También deben existir criterios de contrapartida, es decir, los alumnos y alumnas que sean beneficiarios deben mantener cierto nivel académico, y volver a sus ciudades de origen, aquello fortalece el capital humano y equilibra a las regiones. Puede existir una alternativa de servicio país.

 

Aquí no sólo hablamos de estudiantes de pedagogía sino de todos los estudiantes, ésto señores sale plata, mucha plata, pero es que con plata se compran huevos, porque creo que todavía no los regalan, bueno... ¿cómo se financia tamaña cuestión? Creo que todos sabemos de dónde.

 

Sin duda debemos apostar por la calidad, pero debemos comprender aquí que no solucionamos las cosas con una varita, sino con varias varitas que atienden a la complejidad de los problemas que queremos solucionar. Recuerdo que alguna vez me dijeron que es más difícil quitar un beneficio social, entregarlo es fácil. Sino en el futuro, cuando nos demos cuenta que la idea de becas buenas, bonitas y baratas no era la correcta, tendremos grandes problemas para hacer entender a la gente porque debemos cambiar la medida.

 

MATRIMONIO GAY EN CHILE ¿Estamos preparados?

MATRIMONIO GAY EN CHILE  ¿Estamos preparados?

La pregunta que subtitula esté artículo, es en sí misma improcedente. ¿Quién tiene derecho, o capacidad para decidir que una sociedad está preparada o no para alguna cosa? ¿Acaso estamos frente a un sistema de despotismo ilustrado?. En democracia la única manera de saber el parecer de la gente es a través de las urnas, los espacios de participación ciudadana y por qué no, también las encuestas de opinión. Nadie se puede arrogar semejante poder, decir que sí y que no.

 

Sobre estas cosas hay historia para rato, sin ir muy lejos la elección de Michelle Bachelet. ¿Cuántos no dijeron que en nuestro país no estábamos preparados para tener una presidente mujer? Y las elecciones, y las encuestas siguen diciendo todo lo contrario. A menudo los partidos y sus dirigentes, sobre todo ahora, no alcanzan a entender el valor que tiene que las personas decidan libremente lo que quieren, la gente no necesita tutela, no necesita un papá que le diga que hay que hacer, se le debe dejar fluir su libertad negativa ( parafraseando a Berlín) y comprender que las personas piensan por sí mismas.

 

El matrimonio entre personas que se quieren es una cuestión normal, una decisión personal y libre entre dos adultos que deciden compartir una vida juntos. Bajo esa premisa debemos actuar en consecuencia, sobre todo quienes se dicen defienden el progresismo, ya que no harían otra cosa que actuar en consecuencia con los valores que promueven y defienden. Está debe ser una bandera de lucha de los partidos que se dicen progresistas y por qué no, también de aquellos que se auto proclaman liberales.

 

No hay otra vía para dotar de derechos ciudadanos que hoy no la tienen, que la vía política. No son los sindicatos de trabajadores, ni los ministerios, sino la ciudadanía organizada y los partidos que se dicen representan esa manera de ver el mundo, tolerante y diversa, los que deben llevar a cabo la cruzada de los derechos de miles de hombres y mujeres a expresar su amor como mejor les parezca y el Estado de garantías para que ello se efectivo de manera plena.

 

La iglesia no tiene porque tener el monopolio de lo que se debe hacer, tampoco algunos líderes de partidos que se dicen progresistas y prefieren hacer guiños electorales antes que cumplir con el espíritu de sus agendas políticas. La tarea es caminar firmemente con un proyecto progresista que tenga coherencia y promueva la igualdad, no sólo de ingresos, también la igualdad ante la ley, la igualdad ante una sociedad donde los conservadores ganan las batallas y muy pocos se atreven a alzar las voz.

 

Las y los chilenos deben decidir por sí mismos, y sus parlamentarios deberían abrir sus oídos y escuchar mejor el parecer ciudadano, luego actuar en consecuencia.

 

Si estamos o no preparados, eso lo deben decidir las y los chilenos ante espacios pertinentes para ello. Nuestra democracia representativa está cada día dando signos de agotamiento, no son sólo los líderes o las viejas nuevas prácticas, es un sistema que quiere constantemente decirle a los ciudadanos que deben hacer sin preguntarles primero. Una democracia debe ser más participativa, deliberativa y directa. Y con los medios necesarios para expresarnos políticamente, contestaremos esas y otras tantas preguntas en Chile.

 

El Grito

La concertación nunca quiso recambio generacional, nunca tuvo en su proyecto político formar escuela y generar nuevos liderazgos, y prueba de ello son los líderes que actualmente ostentan los cargos en los partidos y en alguno que otro centro de estudios, universidades, o cualquier escenario en que pueda la concertación hacer una oposición más allá del parlamento.

 

Pero muchos me dirán “...pero Gonzalo, si tu fuiste a muchos seminarios y encuentros de formación, y si ahora no has tomado el camino es tu responsabilidad...” Ese es el discurso barato de la Concertación durante 20 años para justificar la mediocridad y el acaparamiento de las posibilidades. Todas escuelas fallidas, apitutadas, sin ningún tipo de rigor, seminarios para generar empleos y justificar platas. Eso nunca fue un proyecto de recambio institucional y político.

 

Cada mañana reviso la prensa chilena, y tengo que encontrarme con desagradables artículos de los supuestos liberales, de las nuevas generaciones. Un discurso que cada día más se hace presente en los portales de opinión política y que como ya lo dijo Bourdieu hacen gala de la circulación circular de la información, rellenando los blogs de los diarios más influyentes del país. Esto no es lo malo, en democracia es legitimo y positivo que la gente exprese sus ideas. Pero que triste es saber que parece que estamos frente a un monólogo y no frente a un debate de las ideas, pues aquí sólo hay cabida para un discurso liberal que además cuando habla de política, lo hace de manera burda y con la descalificación hacia las personas, y éste no recibe el más mínimo reparo o respuesta. Y si la recibe, los que contestan son los mismos, los que ya no cuentan con legitimidad suficiente para ser leídos o escuchados. Siguiendo palabras de Foucault no sólo importa quién habla, sino desde dónde y para quienes.

 

Estamos presenciando la era de un discurso liberal, donde la izquierda está perdida buscando su piedra filosofal y donde la derecha reina en todos los frentes. La culpa no es de la derecha, ellos hicieron su trabajo y a la luz de los resultados lo hicieron bien. Debemos dejar de discutir lo indiscutible, HEMOS PERDIDO LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES Y YA. Ahora nos toca ofertar al país un proyecto de país novedoso, atractivo que responda a las expectativas de la gente.

 

Quienes crean que estas líneas tienen algo de razón, les pido se levanten desde donde estén y comencemos a trabajar, nadie nos regalará los espacios por decreto, debemos ser capaces de construir nuestro propio futuro. ¿Quién se atreve?

DESIGUALDAD, LOS INGRESOS FAMILIARES y EL DESARROLLO LOCAL

Ante la recién salida del horno de la encuesta CASEN 2010, el debate sobre la pobreza se encuentra en la agenda comunicacional y política. Pero ante la falta de micro-datos para estudiar en profundidad dicha encuesta, podemos servirnos de otro instrumento revelador que se encuentra en la portada del INE, la encuesta de ingresos por hogar. Dicha encuesta lo que hace es medir el ingreso por hogares a nivel nacional desagregando por región, edad, sexo y fuentes del ingreso por sector. En la portada nos encontramos con nada más y nada menos que el ingreso promedio de un hogar chileno se encuentra en los $610.700, ¡una gran noticia! Pero menos mal que tenemos los datos para saber que la enhorabuena no es tan alentadora, puesto que las diferencias que evidencian las mismas cifras es otra consecuencia de la ya conocida profunda desigualdad chilena, de eso se trata el presente comentario.

 

Según la encuesta de ingresos de hogares publicada por en el Instituto Nacional de Estadísticas en su página web el ingreso promedio de los hogares chilenos es de 610.700 pesos, eso es aproximadamente unos 1200 dólares y unos 900 euros, lo que a simple vista parece bastante alto y da la sensación que vamos bien, las familias tienen mejores ingresos y por lo tanto vamos en el camino del “desarrollo”.

 

Ahora bien, es cierto que las familias tienen más ingresos que antes, también es cierto que en comparación con otros países de nuestra región, estamos mucho mejor. Un dato interesante es que la tasa de incidencia de la pobreza publicada por el Banco Mundial, que le da a Chile un 2,4% mientras que países como Brasil tienen un 12,7%; Argentina un 7,3%; y Bolivia un 21,9%, todo esto es cierto. Sin embargo conformarnos con ser el menos malo no debe ser la luz que nos guié el camino.

 

Volviendo a la encuesta de ingresos en hogares del año 2009, nos encontramos con los siguientes datos que pueden ser más clarificadores de la desigualdad. Cuando revisamos el ingreso promedio de un hogar por deciles nos encontramos que la decila más pobre (un hogar que tiene un promedio de 4 integrantes) tiene un ingreso de 169.700 pesos y la decila más rica un ingreso de 1.976.000. Si no nos equivocamos esto es 10 veces más, una distancia enorme que nos acusa que la desigualdad chilena no ha tenido retroceso y que por tanto si bien se ha mejorado la calidad de vida general de los ciudadanos medios, seguimos en un escenario de desigualdad estructural que no se soluciona con el modelo económico que actualmente tenemos en el país.

 

Respecto de la distribución por región del país nos encontramos múltiples interpretaciones que coinciden con la estructura económica de Chile. Por región el promedio por hogar más alto lo obtiene la región de Tarapacá con 826.200 pesos, mientras que la región más baja es la región del Maule con 395.100 pesos (recordemos que nos referimos al ingreso promedio por hogar). Una diferencia más del doble. Claramente el cobre sigue incidiendo en los ingresos de los hogares chilenos, allí donde hay mineras hay mayores ingresos sumando a estos territorios otros polos de desarrollo.

 

Pero a pesar del alto ingreso de la primera región este sólo alcanza a representar un 2,2% del ingreso total, en cambio la región metropolitana con ingreso promedio nada despreciable de 756.000 pesos representa el 48% del total nacional. Aquí podemos evidenciar no sólo la desigualdad en términos puramente económicos, sino también en el ámbito territorial, sabemos que hay regiones ganadoras y perdedoras, pero el crecimiento y desarrollo del país no es homogéneo y eso queda patente. Aunque es evidente que la región metropolitana tenga más peso producto de su mayor población, es esa misma concentración de población y recursos existentes (de todo tipo) es la que sostiene la desigualdad regional.

 

Sólo seis de las 15 regiones se encuentra sobre la media nacional, las otras nueve regiones están por debajo. Si además excluimos de las seis regiones a dos, la metropolitana y la región de Magallanes, esta última por su baja población. Obtenemos que de un total de 13 regiones sólo 4 presentan ingresos por hogar sobre la media, y de esas cuatro, tres son regiones mineras. En cifras gruesas menos del 50% de las regiones de Chile alcanza esos 610 pesos de ingreso promedio por hogar.

 

Sabemos que no podemos medir el desarrollo a través de un sólo instrumento, y también conocemos que las múltiples variables que condicionan el desarrollo deben incluir no sólo el ingreso, sino también el gasto.

 

Es evidente ante cualquier cifra y análisis que la desigualdad de Chile sigue siendo la gran tarea que deben afrontar las fuerzas sociales y políticas. No basta con mejorar en las cifras, debemos apostar por un modelo que garantice una mejor calidad de vida a las familias, un buen vivir. Ello no sé adquiere simplemente mejorando en uno o dos puntos.

 

Las mediciones nunca son del todo exacta, por más veneración empirista y racional de la tecnocracia, pues las comparaciones siempre se quedarán cortas, puesto que los objetos responden a diversas variables para explicar la realidad que atraviesan. No estoy diciendo que no podamos tener referencias que definan límites para el análisis empírico, pero si digo que no podemos comparar Valparaíso con Magallanes sólo con los ingresos y quedarnos satisfechos.

 

La tarea que se debe resolver en el futuro es como construimos un modelo de desarrollo que responda al bienestar del país en general, pero sin descompensar sus territorios, sin tener estas diferencias tan enormes entre unas y otras familias. Ya que finalmente esas diferencias de ingresos se traducen en diferencias de oportunidades y por lo tanto en la reproducción sistemática de la desigualdad chilena.

 

La descentralización y el fortalecimiento del desarrollo local es una buena alternativa para armonizar el crecimiento y otorgar a las personas mejor calidad de vida y mejores oportunidades. De lo contrario seguiremos agudizando los fenómenos que mantienen el estado actual, que son: desplazamientos poblacionales a zonas con mejores oportunidades, disfunciones en el crecimiento urbano de las zonas receptoras, saturación de los servicios públicos y privados, aumento del precio del suelo y encarecimiento de la calidad de vida. Por otro lado las zonas abandonas se envejecen, quedan imposibilitadas de crecer por falta de mano de obra y traslado de los sectores productivos, territorios relegados que se convierten en un lastre para el Estado que debe mantener a aquellos ciudadanos que no quieren o no pueden emigrar, pero que requieren por derecho los mismos servicios que el resto.

 

Como podemos evidenciar son estas amenazas, las cuales ya están presentes en la situación actual las que debemos revertir y apostar por un modelo más sostenible económico, social y ambiental.