Breve análisis de los resultados del Censo 2017
Alto Hospicio es una comuna joven, y no sólo por su creación administrativa en el año 2004. Según los datos del último CENSO 2017 entregados recientemente por el INE en Chile, la población de la ciudad de Alto Hospicio tiene una edad media que se aproxima a los 30 años[i] (entre un total de 108.375 personas). Éste sólo dato es increíblemente importante, ya que casi toda la literatura sobre la población en nuestro país nos habla del envejecimiento de la población, con bajas tasas de natalidad, altas tasas de dependencia y una esperanza de vida que crece. Según datos del informe “Perspectivas de la población mundial” de ONU del año 2015, Chile presenta una edad media de 34,4 años ubicándose en el puesto 65 de 202 países en el mundo.
¿Por qué nos deberían interesar estos datos? Simplemente porque es la línea base para entender la estructura social de nuestra comunidad. Una población joven es desde mi punto de vista un desafío y una oportunidad para quienes somos autoridades de la comuna.Nos queda por realizar un análisis aún más profundo de los datos para que pueda emerger una discusión colectiva fructífera y que tenga como objetivo, avanzar hacia un Alto Hospicio con un desarrollo sustentable en lo social, económico y ambiental, conociendo a nuestra población y tomando mejores decisiones para todos y todas.
Un desafío porque la alta natalidad de nuestra comuna genera variadas hipótesis a comprobar sobre la composición de las familias, la situación de niñas, niños y jóvenes, su educación, el acceso a bienes culturales, y si estos están gozando de sus plenos derechos. De acuerdo a los datos entregados por el INE, si agrupamos a la población entre los 0 y 14 años nos da como resultado que dicho tramo de edad representa al 30% de la población total, 10% más que la población nacional donde en este tramo de edad llegamos a un 20%, y 7% más que Tarapacá con un 23%. Una cifra muy grande, pero que nos debería cuestionar cuántas de las políticas públicas sectoriales, regionales y comunales están dirigidas a este importante grupo. Por ahora, tengo la sensación de que pocas. Tal vez las respuestas vayan por la mirada política electoral, donde niñas, niños y jóvenes no votan, lo que los invisibiliza y disminuye los esfuerzos públicos locales.
Según la OIT, las diversas encuestas de empleo toman como edad de inicio de la vida laboral a los 16 años. Por lo tanto, si agrupamos las edades entre los 15 y 64 años que es donde se supone termina teóricamente la vida laboral activa, nos da como resultado que en Alto Hospicio el 68% de la población se encuentra en edad laboral activa. Aquí se encuentra la oportunidad, tenemos un tremendo capital humano para abordar los desafíos del desarrollo del presente y futuro de la comuna. Hombres y Mujeres a las cuales debemos entregarle oportunidades en calidad de vida urbana, capacitación, educación, ocio y tiempo libre, bienes culturales, seguridad pública para que sus vidas sean plenas.
El 57% de la población de nuestra ciudad tiene entre 0 y 29 años, es imperativo generar políticas públicas comunales que promuevan el desarrollo de estos segmentos de la población. Debemos estudiar la posibilidad de tener una oficina de la infancia y la juventud que coordine las políticas públicas sectoriales en el territorio comunal, apalanque recursos específicos para la población infanto-juvenil, y por sobre todo promueva la defensa de sus derechos.
Otro dato, es que donde más del 90% de los servicios educacionales son entregados por escuelas y colegios subvencionados, debemos promover una estrategia comunal de educación que apunte a que nuestros hijos e hijas se preparen para el siglo XXI. Hoy muchos ven esperanzados el desarrollo comunal en el rebrote de la minería, pero les adelanto que esto podría ser pan para hoy y hambre para mañana. Si capacito a un joven de 18 años para que sea operario de maquinaria pesada, donde probablemente en pocos años los vehículos se conducirán de forma remota o a través de un robot, estoy condenando al joven de hoy a ser un viejo cesante y con escasas oportunidades de reinventarse mañana, cargando al Estado un tremendo coste. Debemos entonces ser capaces de ver la juventud de Alto Hospicio como la oportunidad y desafío de hacer las cosas bien, y tomar los datos demográficos en cuenta a la hora de dirigir las políticas en materia de capacitación y empleo. Podría ser plausible entrenar capacidades en áreas tradicionales a personas que les quedan 20 años de vida laboral, pero ¿debemos hacerlo con aquellos a quienes le quedan 30 o 40 años?
Con un 4,2% de la población entre los 64 y los 100 años (que implica un -6% que el dato nacional) Alto Hospicio va a contrapelo de las cifras nacionales. Es tiempo de garantizar calidad de vida a nuestros adultos mayores, mejorando su atención en salud primaria, acceso al ocio, programas de protección y fortalecimiento de la dependencia sobre todo aquellos que están solos. Si hacemos las cosas bien, en 30 años cuando la pirámide de la población se vaya engrosando por arriba, tendremos experiencia suficiente para ofrecer buena calidad de vida a los mayores de la ciudad.
Nos queda por realizar un análisis aún más profundo de los datos para que pueda emerger una discusión colectiva fructífera y que tenga como objetivo, avanzar hacia un Alto Hospicio con un desarrollo sustentable en lo social, económico y ambiental, conociendo a nuestra población y tomando mejores decisiones para todos y todas.
[i] Dato elaborado por el propio autor a partir de la fórmula obtención de la edad media de la población que resulta de multiplicar el total de cada grupo quinquenal de la población por la edad media de dicho grupo. La sumatoria del resultado para cada grupo se divide por el total de la población obteniendo así la edad media.