EL QUE NO LLORA NO MAMA
“Descentralización y desarrollo local para Chile”
Calama despierta en pie de guerra, paro en la ciudad, promovido por el mismo Alcalde. La consigna: “que parte de los recursos del cobre se queden en la ciudad”. Y es que es cosa de ver la ciudad para saber las condiciones en las que viven. Y usted pensaría cómo es posible que la ciudad que guarda en sus entrañas la riqueza más grande del país viva en las condiciones en qué vive, si es cosa de escuchar a la gente por la radio, todavía en Chile, ese desarrollado del que habla mucha gente, tiene ciudades con calles sin pavimentar.
Algunos piensan que estos son procesos aislados y que no generarán grandes cambios, yo opino lo contrario, existe un hartazgo de la gente, sobre todo de las regiones más distanciadas del centro que tienen un identidad cultural y una historia diferente. El norte que ha sido el motor económico del país, y al mismo tiempo claramente explotado por una clase política y económica que ha llevado sistemáticamente los recursos, la gran mayoría de los recursos económicos hacia otra parte, dejando rezagados a las regiones de donde proviene la riqueza natural y no renovable.
Lo de Magallanes y Calama no son hechos aislados, es un grito cada vez más fuerte por la descentralización real de nuestro país, que reconozca como es debido el trabajo y esfuerzo de la gente y donde la idea del desarrollo este centrada en el buen vivir de las personas que la habitan, ello requiere como condición necesaria la capacidad de las regiones de tomar decisiones sobre los recursos que les son propios. La constitución asegura está cuestión, ya que al mismo tiempo que prohíbe la afectación de impuestos a cualquier materia particular que no sean el presupuesto general, abre la opción de que siempre y cuándo los recursos sean propios de la región en la que se producen podrá existir un impuesto regional. Díganme ustedes ¿qué es más propio de la región de Atacama que el cobre o el agua.?
Estamos literalmente diezmando los recursos naturales no renovables de nuestro país, de nuestras regiones y nuestra capacidad de redistribución es altamente desigual. La única capacidad de respuesta es que las y los ciudadanos peleen por su tierra y su futuro, de lo contrario seguiremos esperando sentados que en el centro nos tiren alguna migaja.
Calama se para porque aprendió que el que no llora no mama, que ya no son suficientes las comisiones, la coordinación de los ministerios, las propuestas tibias de ley frente a la descentralización. Las regiones deben ser capaces de poner en el centro del debate la desigualdad no sólo entre clases sociales sino la profunda desigualdad territorial del país. Pues las oportunidades se reparten dependiendo en qué lugar del país donde se nace, creando la cultura de segregación, discriminación y xenofobia nacional.
Quienes piensen que esto sólo le pasa a las regiones, dele un usted un vistazo a la región metropolitana, donde se reproducen de igual formas estas cuestiones. Es cierto que debemos reforma nuestra constitución, pero creo que algunos no tienen muy claro que es lo que hay que reformar, en mi opinión entre otras muchas cosas, debemos reformar el modelo de Estado que tenemos hoy y avanzar en un franco proceso de descentralización política y económica de Chile.
No es la primera ciudad, ni será la última. La gente está cansada, aburrida y la única manera de solucionar las grandes desigualdades de nuestro país es devolver la política a los ciudadanos y darle el poder real de tomar las decisiones sobre qué hacen con sus ciudades, regiones y recursos. Pero ello depende de la capacidad de las propias ciudades, aquello ya está sucediendo.
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