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Nuestras Conversaciones, el blog de Gonzalo Prieto

Prepararnos para el cambio.

 

                                                                                                                                                               Por: Gonzalo Prieto Navarrete.

La política Chilena se dice desgastada, de falta de ideas, de mala salud, con clases atornilladas hasta lo más profundo y ciegas ante los cambios evidentes que la sociedad manifiesta y que son vistos como pequeñas revoluciones sociales. Incluso cuando algunas instituciones intentan frenar este cambio en el quehacer ciudadano la ciudadanía se impone por uno u otro mecanismo.

 

Definir cuáles son esos cambios es tarea de las ciencias sociales en general y de la sociología en particular, puesto que si acercamos nuestro análisis a la realidad contemporánea chilena podremos hacer inteligible las ideas que necesitamos ocupen un campo de legitimidad más amplio dando pasos a acciones políticas “novedosas” al menos en el contexto nacional.

 

Esos cambios en mi opinión versan en la necesidad de un Chile con más bienestar, un Chile que libre a todas y a todos los chilenos del miedo que significa llegar a fines de mes, que significa que sus hijos tengan 17 años y no puedan ir a la Universidad o siquiera a un Pre-Universitario de calidad. De que simplemente enfermarse de algo más o menos grave constituye un vuelco gigante para la economía familiar y para que decir en el plano psicológico.

 

Las manifestaciones de los trabajadores en los diversos sectores de la economía reclamando mejores condiciones que se traduzcan en mayor calidad de vida, los estudiantes secundarios y universitario en continuas manifestaciones por una educación más igualitaria y de calidad, las mujeres que se han visto cercenadas en su libertad más intima  por un tribunal que obedece a una clase ideológicamente sin correlato con la nueva ciudadanía chilena. Todos los síntomas ya conocidos de una enfermedad llamada capitalismo salvaje, un mercado que no tiene la menor intención de ofrecer mejores condiciones de vida para todos sino para unos pocos, y donde los gobiernos de la concertación a pesar de su enorme avance en casi todos los campos, no ha  consolidado un país que camine hacia la equidad universal sino que administra un mercado y realiza políticas focalizadas que no cumplen las expectativas ciudadanas.

 

Tenemos el visto bueno de todos los países desarrollados y de las grandes instituciones creadas por el capital para legitimar y decir que es lo legítimo, no obstante estos cambios que son reales NO SON SUFICIENTES si queremos construir un Chile con más bienestar e igualdad de oportunidades.

 

La última encuesta del CERC ha informado sobre el alza en la aprobación al gobierno, pero la sombra cada día mas evidente de un gobierno de la derecha para el bicentenario hace pensar que los cambios que se vienen no van en la dirección de ese Chile que decimos querer, sino todo lo contrario. Y aún así gane nuevamente la concertación, la coalición demuestra un desgaste que parece sólo empeorara administrando la economía y mostrando las grietas evidentes de las alianzas políticas dentro de ellas.

 

Todo esto confiere una oportunidad para quienes creen y piensan en política, para quienes actúan y deberán asumir responsabilidades en los cambios que se vienen. La preparación para entonces es vital, ella debe ser académica, política, social, y evidentemente estratégica.

 

Para aquellos que ingenuamente creen que perdiendo la Concertación se irán todos, me permito un concejo ya sabido en política y es que en política nadie muere para siempre. Debemos prepararnos y dar la batalla en las ideas, en las urnas y en la calle para ser de Chile un país más justo y en igualdad de oportunidades, sin miedos y con la libertad de decidir cuando todos partimos de la misma línea de meta.

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