Observadores diferentes: Por acá va la cosa
Solo siendo observadores diferentes, logramos ver nuevas oportunidades de acción, lo que nos permite una expansión de nuestras percepciones, nuestros modos de pensar y actuar. Esto facilita la apertura de nuevos mundos de posibilidades que nos aporten aprendizajes para el futuro. Esas posibilidades que generamos cambiando nuestro modo de observar el mundo son las que, en definitiva, definen nuestros logros, la calidad de nuestra vida y el tipo de personas que elegimos ser. Por lo tanto hay una relación directa entre nuestra forma de observar el mundo, las acciones que emprendemos y los resultados que obtenemos en la vida.
Tomemos como ejemplo la situación de mi región, lo que nos pasa como Tarapaqueños, y en particular a mis vecinos los Ariqueños. Estamos en un mundo de cambios constantes. Las cosas que están pasando nos hacen enfrentar con nuevas situaciones para las que no tenemos recursos. Lo que antes nos servía, hoy ya no nos sirve más. Perdimos la confianza y estamos enganchados en estados emocionales de rabia, tristeza y desesperanza. Hacemos lo que podemos, pero, nos damos cuenta de que los resultados de las acciones que emprendemos no nos satisfacen o son siempre los mismos. Estamos esperando que los cambios vengan de afuera. Los Tarapaqueños no podemos ver posibilidades. ¿Por qué? Si yo tengo una conversación interna-privada en donde me digo: No se puede, está todo igual, no hay trabajo, no hay posibilidades en la region, hay que irse de la ciudad o mejor del país..., ¿qué tipo de observador soy? Con esta conversación, ¿qué puedo ver de nuevo?
Si me instalo en la queja, que es el rol de la víctima, y espero que el cambio lo produzcan otros, probablemente no logre salir de un círculo vicioso, me quede sin recursos y siempre en el mismo lugar. No podemos esperar que nos ofrezcan una vida segura. Debemos decidir qué tipo de vida queremos llevar, salir al mundo y hacer que suceda. El mundo está de pie para el que quiera tomarlo. El mundo de hoy requiere personas flexibles, que estén dispuestas a desaprender y a aprender, a desestructurarse y a volver a estructurarse. Si seguimos mirando la situación como lo hacíamos antes, estamos perdidos. Hoy avanza el que puede mirar las situaciones de forma diferente. Los recursos están allí para quien quiera tomarlos. Sólo hay que estar preparado para verlos y ser capaces de captarlos.
Esto es lo que me toca vivir como Tarapaqueño; esto es lo que también está pasando ahora en mi país. El primer paso para salir de este estado es aceptar que éste es el contexto en el que me encuentro, que el cambio sólo es posible si yo cambio el observador que soy. Nosotros somos los que tenemos que ver oportunidades en este mundo de hoy.
Cuando yo cambio abro mi modelo mental, transformo mi manera de mirar el mundo y, a partir de ahí, desarrollo nuevas acciones y obtengo resultados poderosos.
Tomemos como ejemplo la situación de mi región, lo que nos pasa como Tarapaqueños, y en particular a mis vecinos los Ariqueños. Estamos en un mundo de cambios constantes. Las cosas que están pasando nos hacen enfrentar con nuevas situaciones para las que no tenemos recursos. Lo que antes nos servía, hoy ya no nos sirve más. Perdimos la confianza y estamos enganchados en estados emocionales de rabia, tristeza y desesperanza. Hacemos lo que podemos, pero, nos damos cuenta de que los resultados de las acciones que emprendemos no nos satisfacen o son siempre los mismos. Estamos esperando que los cambios vengan de afuera. Los Tarapaqueños no podemos ver posibilidades. ¿Por qué? Si yo tengo una conversación interna-privada en donde me digo: No se puede, está todo igual, no hay trabajo, no hay posibilidades en la region, hay que irse de la ciudad o mejor del país..., ¿qué tipo de observador soy? Con esta conversación, ¿qué puedo ver de nuevo?
Si me instalo en la queja, que es el rol de la víctima, y espero que el cambio lo produzcan otros, probablemente no logre salir de un círculo vicioso, me quede sin recursos y siempre en el mismo lugar. No podemos esperar que nos ofrezcan una vida segura. Debemos decidir qué tipo de vida queremos llevar, salir al mundo y hacer que suceda. El mundo está de pie para el que quiera tomarlo. El mundo de hoy requiere personas flexibles, que estén dispuestas a desaprender y a aprender, a desestructurarse y a volver a estructurarse. Si seguimos mirando la situación como lo hacíamos antes, estamos perdidos. Hoy avanza el que puede mirar las situaciones de forma diferente. Los recursos están allí para quien quiera tomarlos. Sólo hay que estar preparado para verlos y ser capaces de captarlos.
Esto es lo que me toca vivir como Tarapaqueño; esto es lo que también está pasando ahora en mi país. El primer paso para salir de este estado es aceptar que éste es el contexto en el que me encuentro, que el cambio sólo es posible si yo cambio el observador que soy. Nosotros somos los que tenemos que ver oportunidades en este mundo de hoy.
Cuando yo cambio abro mi modelo mental, transformo mi manera de mirar el mundo y, a partir de ahí, desarrollo nuevas acciones y obtengo resultados poderosos.
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