LA DEMOCRACIA DE LOS DATOS: Por el cobro de la información pública.
Hace poco tiempo escribí un artículo sobre la importancia de democratizar el acceso a los datos e información del Estado. Los estudios, los censos, las estadísticas de todo tipo, deben ser puestas a la total disposición de la ciudadanía. Esto es un acto de profundización de la democracia, puesto que en la medida en que todos y todas pueden tener acceso a saber y disponer para la generación de su propia reflexión y opinión es una señal de la búsqueda de ciudadanos informados y comprometidos.
El acceso a la información de forma gratuita, transparente y con los menores obstáculos permite que quienes obtengan la información generen juicios críticos y propongan con mayor certeza del estado de la cuestión.
Al escribir ese artículo, en los cometarios del facebook, un amigo me informaba sobre la nueva ley de transparencia que entre sus más importantes bondades tenía como propósito entregar dicha información a las y los ciudadanos. Pero al día hoy, vemos como el Estado nuevamente nos hace la finta, y remite a 299 reparticiones públicas un oficio que solicita el cobro por los supuestos gastos operacionales de dicha entrega de información.
En esta cuestión dos cosas importantes a tener en cuenta. La primera sin lugar a dudas es que debemos negarnos tajantemente como ciudadanos a que se nos solicite el pago de cualquier información pública y que se respete el espíritu de la ley en cuanto a la gratuidad de dicha prestación. En segundo lugar la evidente falta de pulcritud a la hora de diseñar leyes y políticas públicas que buscan más un efecto mediático, que estar bien elaboradas atendiendo a todos los procesos de su aplicación, costos, formas de entrega. Se dice que hay que entregar la información, pero no se dice cómo y cuánto le costará al Estado.
Profundizar la democracia no sólo consiste en elaborar los grandes discursos, sino que se necesita de un sistema que funcioné en beneficio de sus ciudadanos y ciudadanas.
Ver notas relacionadas en el diario el Mostrador.
Hace poco tiempo escribí un artículo sobre la importancia de democratizar el acceso a los datos e información del Estado. Los estudios, los censos, las estadísticas de todo tipo, deben ser puestas a la total disposición de la ciudadanía. Esto es un acto de profundización de la democracia, puesto que en la medida en que todos y todas pueden tener acceso a saber y disponer para la generación de su propia reflexión y opinión es una señal de la búsqueda de ciudadanos informados y comprometidos. El acceso a la información de forma gratuita, transparente y con los menores obstáculos permite que quienes obtengan la información generen juicios críticos y propongan con mayor certeza del estado de la cuestión. Al escribir ese artículo, en los cometarios del facebook, un amigo me informaba sobre la nueva ley de transparencia que entre sus más importantes bondades tenía como propósito entregar dicha información a las y los ciudadanos. Pero al día hoy, vemos como el Estado nuevamente nos hace la finta, y remite a 299 reparticiones públicas un oficio que solicita el cobro por los supuestos gastos operacionales de dicha entrega de información. En esta cuestión dos cosas importantes a tener en cuenta. La primera sin lugar a dudas es que debemos negarnos tajantemente como ciudadanos a que se nos solicite el pago de cualquier información pública y que se respete el espíritu de la ley en cuanto a la gratuidad de dicha prestación. En segundo lugar la evidente falta de pulcritud a la hora de diseñar leyes y políticas públicas que buscan más un efecto mediático, que estar bien elaboradas atendiendo a todos los procesos de su aplicación, costos, formas de entrega. Se dice que hay que entregar la información, pero no se dice cómo y cuánto le costará al Estado. Profundizar la democracia no sólo consiste en elaborar los grandes discursos, sino que se necesita de un sistema que funcioné en beneficio de sus ciudadanos y ciudadanas. Ver notas relacionadas en el diario el Mostrador.
Hace poco tiempo escribí un artículo sobre la importancia de democratizar el acceso a los datos e información del Estado. Los estudios, los censos, las estadísticas de todo tipo, deben ser puestas a la total disposición de la ciudadanía. Esto es un acto de profundización de la democracia, puesto que en la medida en que todos y todas pueden tener acceso a saber y disponer para la generación de su propia reflexión y opinión es una señal de la búsqueda de ciudadanos informados y comprometidos.
El acceso a la información de forma gratuita, transparente y con los menores obstáculos permite que quienes obtengan la información generen juicios críticos y propongan con mayor certeza del estado de la cuestión.
Al escribir ese artículo, en los cometarios del facebook, un amigo me informaba sobre la nueva ley de transparencia que entre sus más importantes bondades tenía como propósito entregar dicha información a las y los ciudadanos. Pero al día hoy, vemos como el Estado nuevamente nos hace la finta, y remite a 299 reparticiones públicas un oficio que solicita el cobro por los supuestos gastos operacionales de dicha entrega de información.
En esta cuestión dos cosas importantes a tener en cuenta. La primera sin lugar a dudas es que debemos negarnos tajantemente como ciudadanos a que se nos solicite el pago de cualquier información pública y que se respete el espíritu de la ley en cuanto a la gratuidad de dicha prestación. En segundo lugar la evidente falta de pulcritud a la hora de diseñar leyes y políticas públicas que buscan más un efecto mediático, que estar bien elaboradas atendiendo a todos los procesos de su aplicación, costos, formas de entrega. Se dice que hay que entregar la información, pero no se dice cómo y cuánto le costará al Estado.
Profundizar la democracia no sólo consiste en elaborar los grandes discursos, sino que se necesita de un sistema que funcioné en beneficio de sus ciudadanos y ciudadanas.
Ver notas relacionadas en el diario el Mostrador.
http://www.elmostrador.cl/index.php?/noticias/articulo/el-derecho-a-saber-debe-ser-gratuito/
1 comentario
Movimiento Transformador -
El primer paso será entablar diálogos con jóvenes de toda Nuestra América para conocernos, saber de cada iniciativa, y partiendo de ahí comenzar un movimiento con rango social y político capaz de tener una postura unificada, un criterio propio y fuerte, frente a la realidad de nuestra región y lo más importante, comenzar a generar procesos de transformación embrionariamente americanos.
Los invito a leer el artículo a la nueva juventud publicado en el blog http://movimientotransformador.blogspot.com/ en el que se resume de alguna manera nuestro sentir. Tenemos que estar conscientes de que habrá diferencia en la manera de pensar (eso es normal) pero seguramente en algo estamos de acuerdo, y es que nuestra América necesita ser transformada. Luchemos juntos por ello.
Rescatemos el sentido sustancial de ser joven, trabajemos juntos y lograremos todos los objetivos propuestos.