EL TSUNAMI QUE DEBEMOS PROVOCAR EN IQUIQUE
Por: Gonzalo Prieto Navarrete.
Los últimos acontecimientos ocurridos en la ciudad de Iquique, por la transmisión del reportaje del programa “último minuto” en Televisión Nacional de Chile, han lanzado la alarma y escándalo público en los medios iquiqueños.
La emisión desafortunada para el turismo iquiqueño del programa ha despertado en sus líderes locales, una respuesta acalorada y transversal. Pero en todo lo que ocurre hasta hoy, veo con preocupación la posibilidad de estar construyendo un discurso que se nutre del populismo y la ventaja de ser un tema que se vende fácilmente.
Personalmente me sumo al juicio de que este programa televisivo por su fuerza mediática y legitimidad como “garante de la verdad”, que lo que se transmite por allí es lo que la mayoría entiende por real, sin ser sujeto a la más mínima crítica, siempre y cuando esta no provenga de otro medio con las mismas características, esta causando un daño a la imagen de la ciudad y a la oferta turística que representa.
No obstante debemos ser cuidadosos con transformar un error, una imprudencia de los medios para con la ciudad de Iquique, con una amenaza conspirada. Debemos ser cuidadosos con no instalar la idea de que los próximos acontecimientos con el turismo Iquiqueño u otras cuestiones locales serán de exclusiva responsabilidad de la transmisión del programa. Eso no sólo sería sano para inteligencia colectiva de la ciudadanía, francamente permeable ante este tipo de situaciones, sino que va en contra de esos otros discursos que apuntan en contra de la victimización y de hacerle creer a la ciudadanía popular que todos lo males de Iquique vienen del centro.
El discurso que se lee en los medios locales opera con los mismos agentes simbólicos de victima Iquique, victimario el centro. Ayer era el Estado, algún ministro, alguna ciudad, hoy lo es el programilla de televisión.
El Tsunami que debemos provocar en Iquique es la acción transversal de esos mismos líderes capaces de colocarse de acuerdo, en la planificación y ejecución en una Política de desarrollo para la ciudad y la región, la futura región. Debemos ser capaces de debatir y concluir en objetivos maestros no solo para formular querellas sino para resolver los problemas en educación, convertir a Iquique en la plataforma de las ideas para Chile y América Latina.
La ola que debe arrasar no con los edificios, sino con la inercia y la tradicionalidad de nuestros partidos, fuerzas sociales, gobiernos locales y ciudadanos. Debemos reconstruir, reinventar a partir de allí nuevas alianzas y planes de acción para hacer de la región una más próspera, con más oportunidades.
El Tsunami debe ser capaz de ahogar las divisiones intrascendentes para organizar un discurso de colaboración y masa crítica, de fortaleza no para culpar a otros, ni a nosotros mismos. Debemos tener acción para que desde dentro construyamos juntos a pesar de todo.
Entonces no habrá más victimas ni victimarios, habrá acción sistemática en hacer de nuestra ciudad y región una oferta de interés. Una vez hecho esto aunque se pase un programa de tsunami, terremoto y huracanes, la legitimidad e identidad de la ciudad no tendrá que recurrir a la crítica fácil ya que los hechos hablarán por sí solos.
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camila -