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Nuestras Conversaciones, el blog de Gonzalo Prieto

El Consejo Asesor de Equidad Social, Consideraciones para el análisis.

La idea de formar consejos asesores es una medida que parece ser marca del Gobierno de Michelle Bachelet, esta parece ser un punto intermedio entre la actual predominante democracia representativa con sistema binominal excluyente y la democracia participativa de la cual hablan (pero no práctica) José Luís Rodríguez Zapatero en España y Segolene Royal en Francia.   

Sin duda alguna el ideal participativo de Porto Alegre no se da ni se dará en el futuro próximo en Chile, pero no cabe duda que es una forma diferente de hacer las cosas, impulsando a que el país avance en un ambiente de consenso generalizado, donde de alguna manera se sienta que todos aportaron para que luego nadie se queje de lo que finalmente resulte de aquellos contertulios político-técnicos.  Es por eso que debemos estar muy atentos, ya que si bien la mayor parte de los analistas políticos han bautizado al gobierno como el desgobierno y falta de autoridad y lineamientos políticos, esta puede ser justamente el precedente que se este incorporando poco a poco en la praxis política chilena. Donde también lentamente comenzará a permear a las y los ciudadanos que verán con buenos ojos que para cada problema país deban convocarse a todos los sectores a deliberar sobre sus soluciones. Aquello va menguando los miedos y saneando esa imagen de país dividido para siempre.  

Esta democracia del extremo consenso tiene sus dividendos en la imagen país hacia el mundo donde la crispación política se enfría y las grandes discusiones ideológicas son dadas en campos privados, también en la proyección de esa imagen presidencial toda poderosa que es capaz de reunir a todos los sectores. Esto es percibido por aquellos mas excluidos y por lo tanto su suspicacia es aún mayor puesto que al no haber grandes conflictos que marque con firmeza el modelo de país que se quiere (o bien refuerzan el actual) es muy probable que nada cambie estructuralmente y sólo se muevan algunas piezas poco importantes.  

El caso es que el actual consejo asesor para la equidad social nace muerto si no se tiene claro cual es el modelo de país que se quiere construir o al menos cuales son las bases que este gobierno quiere fundar para que exista un rumbo diferente en Chile. Se habla de salario ético cuando lo que se necesita es una nueva normativa que fije un salario mínimo digno y que este aumente conforme el país crece. Sabemos también que para que una economía social de mercado mejore sus condiciones el Estado debe ser capaz de proporcionar a la universalidad de sus ciudadanos las garantías mínimas de subsistencia, por lo cual no cabe aquí solo hablar de sueldos éticos, sino de un plan de gobierno que apunte a que Chile sea un país en desarrollo y que este contenga una centralidad social sólida, para ello ocurra debe ser no tan sólo materia de discusión tecnocratica también política, también constitucional. 

Los consejos son sanos desde el punto de vista de la armonía política nacional y de la buena voluntad de querer escuchar a todos para resolver los grandes problemas de Chile, pero si evitamos el conflicto y desechamos la opción de enfrentar las ideas más importantes y estructurales damos finalmente una señal de quedarnos siempre en el mismo sitio, cambiándonos el traje de vez en cuando sin planificar de fondo el país que queremos.  

Es allí donde los consejos son estériles para los fines requeridos y eficientes sólo para la imagen. Una coalición de gobierno que tiene mayoría en ambas cámaras y es incapaz de dar rumbo al ejercicio del gobierno y del poder, que necesita negociar constantemente con la oposición aún cuando se tiene ventaja parlamentaria es clara muestra no sólo de la falta de liderazgo presidencial, también de la falta de consenso y dirección al interior de la propia concertación de partidos por la democracia.

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