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Nuestras Conversaciones, el blog de Gonzalo Prieto

La Política y el Medio Ambiente

La aceptación de nuestro actual paradigma de sociedad, es el resultado de un proceso de evolución del pensamiento político occidental. La filosofía ha caminado desde sus inicios hasta hoy queriendo dibujar los marcos tanto de nuestra ética y moral, y de la forma en cómo nos gobernamos a nosotros mismos.

 

La discusión sobre la libertad, la justicia, el Estado, son parte de esa andadura en la que podemos decir con propiedad, que el debate ha dejado varios cabos sueltos. Puesto que la preocupación de autores como Hobbes, Locke, Rousseau, Rawls, Berlín, entre tantos, dejo de lado una cuestión capital que es hoy uno de los mayores desafíos de esa sociedad que hemos construido, nos referimos aquí: al medio ambiente.

 

El medio ambiente no es solamente proteger los árboles y animales en peligro, cuestión que ya es bastante difícil, es también una comprensión filosófica de dónde estamos y para qué estamos aquí. Esa profundidad que parece que las ideas políticas occidentales pasaron por alto son en parte responsables de siglos de despreocupación.

 

Fue la economía y la planificación, las que han puesto acento a las preocupaciones ambientales. Esto se ha manifestado en las teorías del desarrollo y las diversas perspectivas de ella.

 

Nosotros los seremos humanos, somos parte de un planeta, de un sistema biológico complejo que en el que debemos vivir, al paso de nuestra vida deberíamos poder armonizar con ese entorno. Eso no ha sido así, todo lo contrario, hemos sido depredadores de nuestro propio entorno. Porque a lo largo de los años nuestra sobrevivencia se ha basado en el consumo de recursos, recursos supuestamente escasos, de los cuales debemos administrar y hoy por hoy, además de ello no sólo ha sido redistribuir, sino obtener un beneficio sobre ello. Hemos sido los seres humanos los que hemos creado un mundo de ficción donde apropiándonos de lo que naturaleza nos proporciona, con una ética antropocéntrica arrogante, destruimos el habitad con una falsa idea de preservación de la especie. Y por qué digo que aquella idea es falsa, porque sencillamente no es la única forma de preservarla, siendo posible otras formas de vivir en armonía con nuestro entorno natural y también con nosotros mismos.

 

El desarrollo sustentable ha surgido como alternativa a nuestro paradigma occidental de consumo, pero no tanto, ya que si bien es un planteamiento adecuado, éste no resuelve del todo nuestra contradicción fundamental, nuestra idea de desarrollo (como crecimiento económico, adquisición de bienes y servicios, alcance de la felicidad a través de la acumulación de capital económico, cultural y simbólico) y la preservación del mundo natural en el que realizamos toda nuestra vida. La propuestas suelen ser medidas paliativas de carácter más bien tecnocrático para poblaciones pequeñas. En definitiva, seguimos sin tener un relato filosófico capaz de producir un cambio en la sociedad en que vivimos y que nos permita reorganizar el debate, como lo hicieron otros, sobre cómo debemos vivir en este mundo.

 

Reitero la palabra occidental, pues soy consciente, aunque no experto, de que a lo largo de la historia de la humanidad existieron y existen ideas sobre como vivir en armonía con el planeta, y no sólo eso, esas ideas fueron materializadas en la organización social.

 

Quien lee estas palabras dirá o seguramente hace varias líneas atrás se planteó la siguiente pregunta: ¿cómo hacemos para echar por la borda miles de años de evolución y pensamiento, para aprender a vivir de otra manera? Mi respuesta por ahora es: no podemos, no podemos dejar todo atrás, es imposible levantarnos mañana y encontrar nuestro planeta sin nada y volver a comenzar, por ello las propuestas reformistas, que han entendido efectivamente esto, hacen lo que pueden, pero es necesario no declinar en construir un marco de ideas que debatan los viejos temas para dar respuesta a las nuevos nuevos desafíos que tenemos como sociedad. Es imprescindible que la idea de la política tenga como elemento fundamental que vivimos en un planeta vivo, y que si le continuamos haciendo daño terminará por morir y nosotros junto con él.

 

Plantéense ustedes cómo armonizamos la idea de vivir en un planeta sostenible y al mismo tiempo respetar a libertad individual, en un marco democrático. ¿Qué pasaría si en un referéndum la gente votará por actividades dañinas para el medio ambiente?, ¿Cómo encontramos ideas para que la gente se convenza de no tener más autos, más lavadoras, más de todo? No es nada fácil, y por eso el ejercicio de pensar, reflexionar intensamente e ir de lo abstracto a lo concreto es necesario, pues no basta sólo con las consignas que suenan bien, pero que no dan respuesta al presente y el futuro que necesitamos.

1 comentario

AREL -

ME PARECE UN BUEN ARTICULO MUY SUBJETIVO CON LA REALIDAD DE NUESTRO PLANETA, Y ESO ESTA BIEN PORQUE TENEMOS QUE HACER QUE TODOS LOS INDIVIDUOS ACEPTEN QUE ESTAMOS DESTRUYENDO NUESTRO ENTORNO CON LAS ACCIONES; FELICITACIONES