ESPAÑA EL CONTINUO CONFLICTO MEDIATICO
En el mundo actual la televisión, la prensa y el Internet ocupan gran parte de nuestra atención diaria. Por esa misma razón lo que entregan estos medios de comunicación tiene una repercusión en todo el entramado social, pauteando así la conversación de los ciudadanos y ciudadanas de a pie. Pero no sólo eso también ocupa la agenda del discurso político, gubernamental y otros espacios sociales.
Cuando ves la televisión, lees la prensa escrita tradicional o por Internet, puedes ver un factor común que acompaña la noticia. El exagerado conflicto sobre todo. La tele donde en mi opinión la programación es acaparada por tres cosas fundamentales, los deportes, la prensa rosa y la política (entiéndase política por las repetidas declaraciones de acusación de unos contra otros). Dejando otros temas como aderezos sin mayor relevancia para la contingencia.
En estos tres pilares de lo que se comunica encontramos el conflicto, la transmisión constante de los medios de la violencia simbólica que caracteriza la sociedad actual. La respuesta más fácil es decir siempre que ello es lo que vende y que por tanto son los consumidores lo que piden. Pero cuando somos capaces de ver más allá nos damos cuenta que la responsabilidad mayor de ¿qué reproducir? no es sólo de los consumidores sino también del todo el aparato estructural de medios de reproducción cultural.
En el ámbito de la política lo único que podemos ver es el constante tira y afloja del PP y el PSOE, la constante virulencia de sus palabras que terminan trasladando el discurso casi literal a ciudadanos de a pie que siquiera comprenden de que están realmente hablando. Pero peor aún contribuyen a intereses que nada tienen que ver con su día a día.
En el deporte y la prensa rosa esto es peor aún llevándolo a niveles de la cursilería mas bochornosa, degradando e insultando la inteligencia de millones de cosas que ocurren cada día pero que no tienen la mayor cobertura.
La comunicación de masas sigue siendo transportadora de basura intelectual y con ello no quiero que nos convirtamos en el Discovery Channel las 24 horas, pero si ser capaces publicar y reproducir ideas, valores y otras formas de crear. Hay mucho que contar y el desarrollo no sólo debe representar lo económico, también lo social. Ese social no son solo seguridad social, vivienda (que también), pero estamos frente a cambios rapidísimos que nos hacen pasar de los derechos políticos, a los derechos sociales y ahora, los derechos culturales, la posibilidad de tener al alcance de todos la posibilidad de acceder y usar.
Cuando ves la televisión, lees la prensa escrita tradicional o por Internet, puedes ver un factor común que acompaña la noticia. El exagerado conflicto sobre todo. La tele donde en mi opinión la programación es acaparada por tres cosas fundamentales, los deportes, la prensa rosa y la política (entiéndase política por las repetidas declaraciones de acusación de unos contra otros). Dejando otros temas como aderezos sin mayor relevancia para la contingencia.
En estos tres pilares de lo que se comunica encontramos el conflicto, la transmisión constante de los medios de la violencia simbólica que caracteriza la sociedad actual. La respuesta más fácil es decir siempre que ello es lo que vende y que por tanto son los consumidores lo que piden. Pero cuando somos capaces de ver más allá nos damos cuenta que la responsabilidad mayor de ¿qué reproducir? no es sólo de los consumidores sino también del todo el aparato estructural de medios de reproducción cultural.
En el ámbito de la política lo único que podemos ver es el constante tira y afloja del PP y el PSOE, la constante virulencia de sus palabras que terminan trasladando el discurso casi literal a ciudadanos de a pie que siquiera comprenden de que están realmente hablando. Pero peor aún contribuyen a intereses que nada tienen que ver con su día a día.
En el deporte y la prensa rosa esto es peor aún llevándolo a niveles de la cursilería mas bochornosa, degradando e insultando la inteligencia de millones de cosas que ocurren cada día pero que no tienen la mayor cobertura.
La comunicación de masas sigue siendo transportadora de basura intelectual y con ello no quiero que nos convirtamos en el Discovery Channel las 24 horas, pero si ser capaces publicar y reproducir ideas, valores y otras formas de crear. Hay mucho que contar y el desarrollo no sólo debe representar lo económico, también lo social. Ese social no son solo seguridad social, vivienda (que también), pero estamos frente a cambios rapidísimos que nos hacen pasar de los derechos políticos, a los derechos sociales y ahora, los derechos culturales, la posibilidad de tener al alcance de todos la posibilidad de acceder y usar.
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