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Nuestras Conversaciones, el blog de Gonzalo Prieto

CUANDO LA POLÍTICA IMPORTA

CUANDO LA POLÍTICA IMPORTA

 

 

Por: Gonzalo Prieto Navarrete

 

 

¿Para qué sirve la política?, pues si bien muchos pensadores han gastado horas, días, meses y años en resolver está y otras tantas preguntas sobre el mismo tema. La gente común y corriente no presta atención a estas cuestiones que en muchos casos en el día a día no tienen ningún sentido. Muchos sabemos que la tiene, que es básico poder responderla para ofrecer a la sociedad un mundo mejor de acuerdo a los ideales que esas preguntas teóricas responden.

 

No obstante las expectativas de la gente (léase la gente que tiene que pagar sus deudas, los colegios, el agua, la luz, el gas, el seguro de auto, los materiales del colegio, la revisión técnica, etc.) son más humildes que las grandes elucubraciones sociológicas y filosóficas.  Estas, están basadas en resolver como pagar el colegio de sus hijos, de que estos reciban una educación de calidad para tener un buen futuro, en cómo terminar de pagar ese préstamo que parece que nunca se acaba; en cuidar a sus hijos y a ellos mismos para no enfermarse pues podría ser una tragedia económica para sus familias. Los que a días de llegar fines de mes ,sudan por pagarle a sus trabajadores ya que el negocio no ha ido bien y el banco ya no les da más aire. Para todos esos que rebuscan en los rincones de la casa las monedas para a la mañana siguiente poder mandar a sus hijos al colegio. Esas son las aspiraciones de millones de chilenos y chilenas que tienen que presenciar día a día por televisión junto con la triste programación creada para hacernos más ignorantes, las disputas de los candidatos a la presidencia de la república.

 

Y sí, la política importa. Porque importa como nos organizamos para hacer de la vida de esos millones de chilenos y chilenas una vida mejor, pues muchos ni siquiera aspiran a que hoy la vida mejore, sino que aspiran a que sus hijos vivan mejor, que tengan un mundo mejor que los reciba. Pero al contrario observamos un duelo que nadie entiende, un duelo sobre como repartimos la torta antes de haberla hecho, antes de haberla ganado. Esa torta a la que millones de ciudadanos están obligados a construir con su voto cada cuatro años, pero que si pudieran elegir de verdad no perderían el tiempo en aportar ni una cucharada de azúcar.

 

La política consiste en debatir, convencer y hacer. Hacer un gobierno que mejore día a día la vida de quienes entregan su mayor valor, un valor que no se gana en ninguna parte, un valor que hace que todos seamos iguales por un día, nuestra confianza de elegir a ese señor o señora que durante cuatro años liderará un proyecto político, un gobierno.

 

Menos: “este año me toca a mí, porque ya te tocó a ti”. La disputa sobre el “cómo vamos” tiene a los ciudadanos y ciudadanos asqueados, desencantados, pero no por eso menos preocupados por como vivir mejor.

 

La concertación ha construido sin lugar a dudas un Chile diferente, un Chile mejor, pero eso no es garantía ilimitada para la confianza de la gente. Es por ello que titubea con razón, que mira hacia otro lado cuando el heredero del rey viene a reclamar su trono porque siente que le toca a él. Un proyecto personal, con el que puedo estar de acuerdo en muchos temas, pero personal al fin y al cabo, que en su más profundo contenido se encuentra la reproducción de la herencia colonial del poder. Y ¿qué eso?, es creer que el poder se hereda y se gana haciendo gala de la crítica desde la vereda de enfrente.

 

Pero tampoco se salvan aquí los barones de la concertación, que a punta de presiones obstaculizan el fin mayor. El fin mayor que no es más que la gente, que espera todas esas tantas cosas. Yo también quiero un Chile diferente, también quiero que los recursos naturales sean propiedad del Estado, que las AFP no abusen y ganen dinero a costa de millones de trabajadores que entregan su dinero para que luego no les alcance ni para los remedios. También quiero un Chile más abierto y progresista. Pero ello no se construye en base a presiones y argumentos mezquinos. Quiero ley del aborto, matrimonio homosexual, quiero universidad de calidad, energías renovables, pero eso lo construyo desde la política del consenso, del acuerdo, del bien mayor que son las y los ciudadanos.  

 

Tampoco podemos aceptar la prepotencia y la imposición de las ideas. Pues una coalición debe ser capaz de respetar y consensuar su programa, donde todos ganan y todos ceden. Porque ser candidato no da un cheque en blanco para hacer lo que se quiera, sino que legitima un liderazgo basado en la fuerza de todos y todas.

 

Si no queremos un Berlusconi en Chile, que se sirve del trabajo de 20 años de concertación para hacer propuestas de plástico y de la necesidad de la gente que ve con tristeza como sus líderes están tirándose de los pelos y dándose pechones para ver quien es el más gallo, debemos sentarnos a debatir y consensuar el futuro de Chile. Porque al final, después de la segunda vuelta el resultado tendrá que vivirlo la gente.

 

2 comentarios

Carlos Basualdo -

Oye, huevón, pero hay un problema de enfoque: en Chile la política dejó de importar no porque se alejara de la gente, sino porque aunque todavía tiene que ver con nosotros, no podemos hacer nada por impedir que los aprovechados de siempre se repartan la torta.

Por lo mismo, que vengan cabritos de mierda a hablarnos de revalorizar la política, y de criticar a los que tienen poder es re patudo: deberíai estar hablando de profundizar la democracia, de fortalecer la ciudadanía, de potenciar el debate, y no de cuál de los putazos que nos quiere vacunar nos conviene o debiéramos evitar.

De última, Gonzalito, lo que más critico es tu segundo párrafo: esa idea de la política como una cosa que hacen los políticos profesionales, y que a la huevona de la Señora Juanita le cuesta entender que tenga que ver con lo cara que están las lentejas. No, pos loco, la política debiera ser una actividad que importe a todos los ciudadanos, y sobre todo en la que todos los ciudadanos tomáramos parte, no una pelea de perros entre sectores de la élite para ponerse corona.

Eso. Y perdona las palabrotas, y un abrazo grande, tú sabes que se me afloja la lengua con los que aprecio más.

Camilo Prieto Navarrete -

claro que la pol ... Leer másítica importa, pero la política no es solamente dar tu vota cada cuatro años pues así solamente legitimarias aquellos personajes que se repiten el plato una y otras vez siendo poco representativos es por eso que se pide politicas participativas y no que no sea tu trabajo ir a votar,validar a un tipejo que solo lo ves en periodos de eleciones y así tu trabajo está listo y que él haga su pega y solucione los problemas, pues no es así, para que generemos ese cierto "progreso" deben ser medidas donde la ciudania participe activamente y no solamenta para validar en una papeleta inservible ... pues eso pienso yo (lo mismo del feisbuc,hice un copy paste)